Pedro Martin Ureta, un hombre enamorado de la naturaleza inmortalizó su amor por su esposa Graciela Yraizoz con la naturaleza misma! Junto a sus hijos crearon un bosque de cipreses y eucaliptos que forman una guitarra de más de un kilómetro.
La Guitarra está ubicada al norte de General Levalle, Argentina a unos 19 kilómetros de esta localidad. Tiene unas 24 hectáreas de superficie, 2.500 metros de largo y 400 de ancho.
Entonces Ureta, con el corazón roto, decidió que la mejor manera de honrar a su difunta esposa sería cumplir su deseo y plantar la gigantesca obra de arte en su memoria.
Su creación artística fue reconocida internacionalmente. En 2011 fue publicada por The Wall Street Journal e inclusive la NASA la incluyó dentro de sus galerías de imágenes satelitales, como una de las más curiosas.
Fueron pilotos de diferentes aerolíneas quienes se sorprendieron al ver esta obra de arte que incluye unos 7.000 árboles que, plantados de forma sistemática, conforman el contorno de una guitarra criolla visible desde las alturas.
El periódico La Voz contó la historia: Pedro Ureta, «arquitecto» de un enorme acto de amor.
«Surgió la idea cuando estábamos en la provincia de Buenos Aires. Ella había aprendido a dibujar para hacer esto. Me acuerdo de que en un momento vi el dibujo de la guitarra, la agarré de la punta y me di cuenta que en las cuerdas había un bulevar perfecto. Después de que ella murió, pensé: en su recuerdo lo voy a hacer».
El hombre era un enamorado de la naturaleza y también de su obra, que es original y única. «Miren este árbol. Es un señor. Para tocarlo hay que pedirle permiso. Miren el color», insistió en la entrevista con la corresponsalía de La Voz. Dijo haberse inspirado en el Taj Mahal.
Pedro Martin Ureta. Foto: Cortesía LaVoz
LA OBRA
Esta curiosa composición de un kilómetro de largo es la muestra de amor póstumo que recibió Graciela Yraizoz, quien murió en 1977, cuando tenía 25 años.
En 1977, Graciela murió durante el parto de su quinto hijo. Un par de años más tarde, su marido decidió homenajearla cumpliendo su sueño. Plantaron y cuidaron 7 mil árboles: los cipreses forman el contorno de la guitarra y el agujero sonoro, mientras que hermosos eucaliptos azules representan las cuerdas.
Los hijos del matrimonio recordaron el origen del deseo de su mamá. Un día, durante un vuelo sobre la llanura pampeana, Yraizoz vio un campo que parecía un balde. Desde entonces comenzó a soñar con diseñar la finca familiar en forma de una guitarra.
Pero su repentina muerte se lo impidió. Finalmente, su esposo cumplió el deseo: realizar una guitarra de árboles construida con cipreses, mientras que las cuerdas fueron hechas con eucaliptus.
La historia cuenta que Ureta nunca vio su creación desde el cielo, sólo en fotos, ya que temía volar.
EN MEMORIA DE GRACIELA YRAIZOZ , PEDRO URETA, Y SU AMOR INFINITO
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