Tegucigalpa, Honduras. Este sábado se confirmó la muerte del pastor evangélico Mario Tomás Barahona a causa del covid-19, tras haber permanecido durante varios días ingresado en la unidad de cuidados intensivos del instituto nacional cardiopulmonar.
el líder religioso permaneció durante más de 20 días hospitalizado en diferentes centros asistenciales por complicaciones del mortal virus. Su esposa la también pastora del ministerio Mi Viña María Elena Barahona también se encuentra hospitalizada a causa del covid-19 en un centro asistencial de la capital.
El «apóstol», como sus seguidores le llamaban aseguraba al inicio de la pandemia que detrás de la alarma de la propagación de la enfermedad estaban los laboratorios para la venta de mascarillas, ya que existen 6,000 millones de personas en el mundo. Se conoció que Barahona se negó a aplicarse la vacuna ya que no creía en la mortal enfermedad.
El pasado 28 de julio, en declaraciones a los medios de comunicación, Barahona afirmaba que «las iglesias nunca deben cerrar porque son la esperanza de un pueblo que está lleno de miedo».
“Si ellos quieren cerrar (la Asociación de Pastores), que lo hagan, pero a nosotros Dios no nos autoriza a suspender los servicios, pues debemos atender a un pueblo que busca sanidad”.
“El apoyo espiritual a la gente no debe faltar, que cierren los centros comerciales, los cines, restaurantes, los estadios y otros centros de diversión, pero los templos son un tema espiritual”, manifestó en ese entonces.
“En las iglesias, los pastores y guías espirituales administran con poder de lo alto, mientras los hospitales están saturados de enfermos de COVID-19, en tanto los templos están saturados del Espíritu Santo”, señaló.
“No nos pueden tratar como las demás instituciones, las iglesias son entidades espirituales que jamás deben cerrarse”, reiteró.
“Yo respeto y entiendo a los pastores que tienen miedo y por eso han cerrado sus iglesias por la pandemia, pero nosotros jamás cerraremos ya que siempre aplicamos las medidas de bioseguridad”, sostuvo.
“La gente tiene tanto miedo y hay tanta crisis que la Iglesia es la llamada a solucionar los problemas y a proteger la familia por sobre todas las cosas”, afirmó.
“Mientras tanto, los gobiernos sin las iglesias están fritos. Una Iglesia que se apaga, la moral cae al piso y de ahí viene la destrucción de las naciones”, afirmó.
No estaré de cobarde
El 12 de febrero pasado, Barahona también expresaba que «la fe en Dios no puede ser derrotada por el COVID-19».
“La iglesia no es la casa del diablo sino la casa de Dios, por lo que hay que congregarse, en el templo está el Espíritu Santo, esta no es historia”.
“Nosotros somos hijos de Dios, nosotros hemos visto milagros de miles de personas no habiendo COVID-19; Dios hace huesos, riñones y otros órganos nuevos, por lo que la fe no se puede rendir ante un virus”, expresó.
“Yo sé que muchos pastores no han abierto sus iglesias, pero yo sí lo he hecho. A mí me ha costado ser pastor y ahora que lo soy no estaré de cobarde, aunque no estoy de fanfarrón tampoco, pero creo en Dios”, señaló.
“Desde otros países, muchas personas lo llaman a uno por teléfono y han sanado de diferentes enfermedades”, afirmó tras sugerir que “se puede volver a los templos de una forma ordenada pues para eso somos educados”.
“En la iglesia nosotros tenemos bioseguridad y siempre en el servicio giramos instrucciones para que todas las personas usen la mascarilla, que guarden su distancia y la gente obedece”, afirmó.
“Si algunos pastores no toman las medidas, nosotros podemos ayudarles, tenemos medios de comunicación para impulsar una campaña a favor de los protocolos. Pero lo importante es no dejar de congregarse”, subrayó el pastor.
Barahona también sugirió que “el Congreso Nacional debe aprobar una ley que ordene a los padres llevar a sus hijos a la iglesia”.
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