El pastor de la iglesia Mi Viña, Mario Tomás Barahona, expresó que la fe en Dios no puede ser derrotada por el COVID-19, por lo que hay que congregarse en los templos, guardando las medidas de bioseguridad.
El Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) registró al 11 de febrero, 158,355 casos de COVID-19; 62,991 recuperados y 3,838 fallecidos.
Barahona agregó que “la iglesia no es la casa del diablo sino la casa de Dios, por lo que hay que congregarse, en el templo está el Espíritu Santo, esta no es historia”.
“Nosotros somos hijos de Dios, nosotros hemos visto milagros de miles de personas no habiendo COVID-19; Dios hace huesos, riñones y otros órganos nuevos, por lo que la fe no se puede rendir ante un virus”, expresó.
“Yo me revelo ante el nuevo orden mundial que busca eliminar los ancianos y los niños, pero nosotros no vamos a caer en esa trampa”, agregó.
Teléfono
“Yo sé que muchos pastores no han abierto sus iglesias, pero yo sí lo he hecho. A mí me ha costado ser pastor y ahora que lo soy no estaré de cobarde, aunque no estoy de fanfarrón tampoco, pero creo en Dios”, señaló.
“Desde otros países, muchas personas lo llaman a uno por teléfono y han sanado de diferentes enfermedades”, afirmó tras sugerir que “se puede volver a los templos de una forma ordenada pues para eso somos educados”.
“En la iglesia nosotros tenemos bioseguridad y siempre en el servicio giramos instrucciones para que todas las personas usen la mascarilla, que guarden su distancia y la gente obedece”, afirmó.
“Si algunos pastores no toman las medidas, nosotros podemos ayudarles, tenemos medios de comunicación para impulsar una campaña a favor de los protocolos. Pero lo importante es no dejar de congregarse”, subrayó el pastor.
Para finalizar, Barahona sugirió que “el Congreso Nacional debe aprobar una ley que ordene a los padres llevar a sus hijos a la iglesia”.
COMENTARIOS