TEGUCIGALPA, HONDURAS
EL cardenal Oscar Andrés Rodríguez cuestionó este domingo que hay personas en el mundo que se dedica a acumular riquezas a través del dinero fácil, pero que su destino final es quedar sin nada o terminar en una cárcel de por vida.
“De que le sirve al hombre ganar todo si al final pierde su vida, de que le sirve acumular dinero mal habido si queda después completamente sin nada, o a lo mejor en una cárcel de por vida”, cuestionó en la homilía dominical.
Rodríguez mandó un mensaje a que las personas acaten la orden de abrir el corazón para escuchar la voz del espíritu y de la vida, señalando que es la expresión del deseo de Dios.
No obstante, indicó que pese en la actualidad vivamos en la era de la comunicación, las personas están incomunicadas.
Aunque estemos en el mundo de la comunicación, internet y redes sociales, tal vez necesitamos abrirnos a alguien con mayúscula que nos sobrepase, reflexionó.
Expuso que la sociedad está demasiado cerrada en nosotros mismos y todavía vive en la desorientación moral.
Los jóvenes viven cerrados en sí mismo, como alguien que es incapaz de escuchar y hablar, no pueden conversar con los demás, lamentó.
“Este sordomudo del evangelio es una figura representativa de nuestra cerradura mental como discípulos, representa la resistencia a abrirnos a Dios, a su amor, a la vida, a las relaciones auténticas, a la libertad anterior”, reprochó.
No solo padecemos de sordera, cada vez más va aumentando, los jóvenes están con sus audífonos oyendo música a todo volumen y a los 30 años quedan totalmente sordos, analizó.
No obstante, consideró que es peor la sordera espiritual, explicando que el mundo se ha hechor sordo a Dios, perdiendo la capacidad de escuchar su voz.
“Nuestro mundo se ha hecho sordo, particularmente, donde todo lo que se busca el dinero, aunque sea mal habido, fruto del crimen organizado y de la muerte que se llama la droga”, aseveró.
Exhortó a Honduras a que vuelva a encontrarse, sé tu mismo y no imitar a los bandidos internacionales que piensan que con el dinero se puede comprar todo
El cardenal urgió a Dios que cure las debilidades y despierte la esperanza en el decaimiento de la sociedad, que cure las sorderas en el corazón.
¿Qué más tiene que pasar para que se abran nuestros oídos al evangelio?, se preguntó Rodríguez Maradiaga.
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