A raíz de la presente crisis de pandemia mundial causada por el Coronavirus (COVID-19) los pacientes renales nos vemos en la obligación de hacer públicas nuestras preocupaciones con respecto las condiciones de seguridad sanitaria y medidas de vigilancia de las autoridades de Salud del Seguro Social de Honduras.
Los pacientes renales, sobre todo los de la tercera edad, estamos en vulnerabilidad inmunológica muy fuerte debido a nuestra condición y esto merece una atención especial de parte de todo el personal médico y de enfermería de la sala de Hemodiálisis del Seguro Social, sobre todo por el alto riesgo epidemiológico que podría experimentarse en una sala hospitalaria confinada, donde conviven más de 40 pacientes a un mismo tiempo, sumando a ellos el personal, en un ambiente propicio para la propagación de un virus altamente contagioso como el COVID-19.
Todos los pacientes que acudimos al tratamiento y/o a consultas hospitalarias venimos de diversos ambientes que podrían ser focos activos del virus sin nosotros saberlo, lo que puede favorecer la propagación de la infección. Por todo ello, se hace necesaria la elaboración de unas NORMAS DE SEGURIDAD SANITARIA (medidas de seguridad en sala de espera, toma de temperatura, desinfección al entrar a la sala, desinfección constante de sillas de hemodiálisis, etc.) para identificar y tratar precozmente los casos de infección y contener, en la medida de lo posible, la diseminación a otros enfermos y el personal sanitario.
Recuerden que cada individuo una vez infectado es fuente móvil de nuevos contagios. En general se ha experimentado un buen ambiente de aseo y atención en la Sala de Hemodiálisis del Seguro Social, pero desde que comenzó el problema viral en nuestro país no hemos visto mayores cambios de seguridad higiénica en esta importante y frágil área del Seguro.
Invitamos a las autoridades, médicos y personal a revisar sus protocolos sanitarios y prevenir un brote entre pacientes tan delicados.
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