El Consejo de Seguridad de la ONU derrotó el miércoles en forma abrumadora una resolución de Rusia que reconocía las crecientes necesidades humanitarias de Ucrania, pero no mencionaba la invasión rusa que ha causado la creciente crisis en la que millones de ucranianos pasan una desesperada necesidad de alimentos, agua y techo.
Para que fuera aprobada, Rusia necesitaba un mínimo de nueve votos de “sí” en el consejo de 15 miembros, sin el veto de ninguno de los otros cuatro miembros permanentes: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y China. Sin embargo, Rusia sólo recibió el apoyo de su aliado Beijing, y los 13 miembros restantes se abstuvieron, en un reflejo del fracaso de Moscú para conseguir un respaldo amplio a su invasión de Ucrania, que cumplirá un mes el jueves.
El revés ruso tuvo lugar el mismo día que la Asamblea General comenzó a analizar una resolución elaborada por Ucrania y dos docenas de países de diversas partes del mundo, y coauspiciada por casi 100 naciones, en la cual se manifiesta claramente que la agresión del Kremlin es responsable de la creciente emergencia humanitaria. La asamblea también tenía previsto examinar otra resolución de Sudáfrica que no menciona a Rusia y es similar a la resolución de Moscú que el Consejo de Seguridad desechó.
El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, dijo al consejo antes de la votación que la resolución de Moscú “no está politizada”, al igual que otras resoluciones humanitarias en el Consejo de Seguridad, y rechazó categóricamente la aseveración de Estados Unidos de que su país no tenía derecho a presentarla. Dijo que el proyecto ruso sería “un paso práctico importante y un marco importante para las labores de los trabajadores humanitarios”.
La embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield replicó que Moscú estaba “intentando utilizar a este consejo para encubrir sus acciones brutales”.
“Es realmente inconcebible que Rusia tenga el atrevimiento de presentar una resolución en la que le pide a la comunidad internacional que resuelva una crisis humanitaria que Rusia creó por sí sola”, agregó.
“A Rusia no le importa el deterioro de las condiciones humanitarias… Si les importara, dejarían de combatir. Rusia es el agresor, el atacante, el invasor, la única parte en Ucrania involucrada en una campaña de brutalidad contra el pueblo de Ucrania, y quiere que nosotros aprobemos una resolución que no reconoce su culpabilidad”.
Moscú presentó su resolución el 15 de marzo. Un día antes, Francia y México decidieron retirar del Consejo de Seguridad su propuesta de resolución humanitaria en la que se responsabilizaba a la invasión rusa de la crisis humanitaria, porque enfrentaba el veto ruso. En la Asamblea General de 193 miembros no existe el veto.
Horas antes el miércoles, Nebenzia dijo a la asamblea que, al someter a examen la resolución franco-mexicana apoyada por Ucrania, estaba involucrándose en “otro espectáculo político antirruso, enmarcado esta vez en un supuesto contexto humanitario”.
El embajador ucraniano Sergiy Kyslytsy exhortó a todas las naciones opuestas a la guerra de Rusia contra Ucrania a votar a favor de una resolución de las Naciones Unidas sobre las consecuencias humanitarias de la agresión rusa, diciendo que esto enviaría un poderoso mensaje dirigido a ayudar a la gente atrapada en el conflicto y a poner fin a la acción militar de Moscú.
Nebenzia dijo que la sesión especial de emergencia de la Asamblea General de la ONU, que está analizando la resolución, es sólo “otro espectáculo político antirruso, enmarcado esta vez en un supuesto contexto humanitario”. Exhortó a los miembros de la asamblea a que voten en contra de la medida apoyada por Ucrania y respalden el proyecto de resolución sudafricano que se centra solamente en asuntos humanitarios sin hacer ninguna “valoración política”.
A diferencia de las resoluciones del Consejo de Seguridad, las de la Asamblea General no son vinculantes jurídicamente, pero sí tienen peso porque reflejan la opinión internacional.
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