Nicaragua suspendió en todo el territorio nacional, incluyendo las áreas protegidas, la veda para corte, aprovechamiento, transporte y comercialización de árboles de la especie Pino (Pinus sp) por un período de dos años más, el que podrá ser prorrogable, informó este jueves el Diario Oficial La Gaceta.
A través de un decreto presidencial, el Ejecutivo nicaragüense también mantuvo la suspensión de la veda para el corte, aprovechamiento, transporte y comercialización de árboles de la especies Cedro Real y Pochote por otros dos años, que podrán ser prorrogables, exceptuando en esos casos las áreas protegidas y las zonas de amortiguamiento.
La última suspensión de la veda de Pino fue en 2016 y se ha venido prorrogando desde entonces, y en el caso de las especies Cedro Real y Pochote fue en enero de 2021 tras 10 años de proteger esos árboles con veda.
En ambos casos, según el decreto, el Gobierno del presidente Daniel Ortega tomó «como soporte los estudios y recomendaciones técnicas y administrativas presentadas por el Instituto Nacional Forestal (Inafor), con la aprobación de la Comisión Nacional Forestal (Conafor)».
SECTOR FORESTAL Y EJÉRCITO DAN VISTO BUENO
Según el Gobierno, «a diferencia de otras especies, el bosque de Pino requiere de un manejo y aprovechamiento forestal sostenible para su regeneración natural, para la protección contra los incendios forestales y evitar afectaciones fitosanitarias de la masa boscosa de la plaga del gorgojo descortezador del pino, sobre todo en las áreas protegidas y áreas sobre pobladas de esta especie».
En tanto, según el decreto, la Conafor aprobó por unanimidad el pasado 21 de diciembre, en Managua, un «informe técnico que fundamenta la viabilidad de continuar con el aprovechamiento de esta especie (Pino), de conformidad a la distribución espacial, densidad poblacional y su distribución diamétrica».
Según ese informe, «la suspensión de la veda de la especie Pino ha contribuido a dinamizar las actividades económicas del sector, el mejoramiento del nivel de vida de la población, la generación de empleos directos e indirectos y mayores ingresos fiscales y municipales».
Además, ha promovido «el desarrollo de los bosques naturales de conífera, lo que permitió asegurar la cobertura permanente y el aprovechamiento sostenible de los bosques, obteniendo resultados técnicos y económicos satisfactorios».
También ha garantizado la vigilancia fitosanitaria en áreas de bosque con afectaciones de plaga y ha permitido ejecutar medidas de prevención y control de incendios forestales.
La Conafor utilizó parecidos argumentos para autorizar el levantamiento de la veda de las especies Cedro Real y Pochote.
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