El actor Sean Connery, el mejor James Bond de la historia, ha muerto este sábado a los 90 años según han informado esta mañana medios internacionales.
Su carrera como actor abarcó décadas y sus numerosos premios incluyeron un Oscar, dos premios Bafta y tres Globos de Oro. Fue considerado en gran medida como el mejor actor que interpretó al 007 de todas las películas del agente al servicio de su Majestad, su Oscar llegó en 1988, cuando fue nombrado mejor actor de reparto por su papel de policía irlandés en Los intocables.
Su nombre y su indiscutible pinta comenzaron a ser conocidas. Trabajó en La frontera del amor de Terence Young y en Brumas de inquietud con Lana Turner. Mientras alternaba sus apariciones en cine con interpretaciones en la televisión inglesa y obras de teatro, en las librerías causaban furor las novelas escritas por Ian Fleming y protagonizadas por un agente secreto inglés cuyo nombre era Bond… James Bond.
El personaje de 007 era tan atractivo que a dos productores se les ocurrió llevarlo a la pantalla grande. Encontrar al actor indicado no era tarea fácil. Debía ser capaz de parecer sofisticado, vestir impecable, seducir a cuanta muchacha se le cruzara y matar villanos con la misma distinción que bebía un Dry Martini.
Connery inauguró la serie de James Bond con 007 contra el Dr. No en 1962 junto a Ursula Andress. Fleming, que en un principio no lo quería por su acento quedó tan maravillado que introdujo en la saga un padre oriundo de Escocia como reconocimiento. El actor escocés se puso en la piel del espía británico en siete ocasiones hasta que le sustituyó Roger Moore.
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