Mientras en el centro abastos frente al estadio todo es orden, en la de Villa Nueva están a la «mano de Dios»

Mientras en el centro abastos frente al estadio todo es orden, en la de Villa Nueva están a la «mano de Dios»

Los vendedores de la feria del Agricultor y el Artesano situada frente al estadio nacional “Tiburcio Carías Andino”, se apostaron desde esta madrugada con sus productos para ofrecerlos a los capitalinos.

Tomando en cuenta las medidas de bio seguridad, solo tienen habilitada una entrada y las personas entran en grupos de 150, pues se quieren evitar las aglomeraciones.

Nadie pierde el tiempo. “Unos a la bulla y otros a la cabuya”. Los miembros del partido Libertad y Refundación (Libre), aprovecharon para instalar a la entrada un sanitizador.

Esta es una caja de paso que consiste en un aspersor con químicos que supuestamente matan el virus; sin embargo, no es avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), porque no se ha comprobado su efectividad. Lo que sí es claro… la sensación de seguridad… nada más.

STN realizó un trabajo de campo y se observó pocos compradores, debido a la hora y también porque solo están autorizados para transitar las personas cuya terminación de tarjeta de identidad y pasaporte sea tres.

En una conversación con la vendedora María Sosa, quien trae sus productos de la montaña de Yerbabuena, en Lepaterique, dijo que los productos son a precios accesibles.

Un ejemplo son las tres zanahorias que su valor es de 10 lempiras. Los cinco pepinos se consiguen a 20 lempiras, lo mismo que los chiles. La libra de papas y tomates, a 20 lempiras cada una.

También hay lácteos de todo tipo, traídos de Telica, Olancho.

Un centro de abastos que vale la pena imitar el orden y el compromiso de los vendedores para acatar las medidas de bioseguridad ordenadas por las autoridades de seguridad.

Por otro lado, STN visitó la feria de Villanueva donde se encontró cerrado, pero los vendedores se apostaron en la calle, con sus productos.

En medio de los retenes policiales y la necesidad de trabajar. Pese al toque de queda. La vida vuelve a la normalidad en este sector.

La venta de baleadas, el café, el pan con mantequilla y frijoles. Las tertulias vuelven entre vendedores. Las frutas y verduras… la vida comienza a despertarse en una realidad casi mentirosa.

Aquí no es como la feria del Artesano y el Agricultor que se encuentra frente al estadio nacional “Tiburcio Carías”, donde se siguen al máximo las medidas de bioseguridad. Acá todo es desorden, son pocos los que usan mascarillas y no hay nadie para controlar, afortunadamente son pocas personas.

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