La Fiscalía reveló ante el Tribunal de Sentencia con Competencia Nacional Territorial de la Sala I la inmensa fortuna que manejaba la estructura criminal de «Los Cachiros», liderada por Jessica María Paz Castellanos identificada como “La Reina del Lavado”, considerada la segunda al mando.
Millones de lempiras, información soporte, las coordenadas y la identificación de los paquetes de “coca” que corresponden a “Los Cachiros” comenzó a “desfilar” ante los ojos del tribunal en el juicio oral y público contra cinco “relevos”.
Ellos son los hermanos de Jessica, Elida Leticia Paz Castellanos, Vilma Aracely Paz Castellanos, Juan Carlos Paz Villanueva y Dennis Alexander Paz Jiménez.
De acuerdo con los informes dados a conocer, ellos movieron alrededor de 678,331,472.66 lempiras como parte del lavado de activos a favor de los Rivera Maradiaga. Las operaciones se hacían en diferentes rubros, como ser empresas de maletín y adquisición de bienes de lujo, entre otros.
Ese dinero así como otra documentación fue puesto a detalle en la pericia financiera patrimonial, cuyo sustento parte de la información proporcionada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS).
Desde el 2011 hasta el 2017, Jessica Paz, manejó más de 16 cuentas bancarias entre lempiras y dólares, mantuvo millones de lempiras, obtuvo más de 26 préstamos, muchos de ellos millonarios los cuales pagaba en menos de un año, dentro de los movimientos de activo circulante, la Fiscalía detectó que no justifica alrededor de 166,457,662.30 lempiras.
Es de mencionar que la perito financiera del Ministerio Público detalló sobre la operación sospechosa de Paz Castellanos tras un depósito que hizo a su cuenta de 98,000.00 dólares.
Su hermano, Juan Carlos Paz Villanueva, mantuvo en el sistema financiero 18 cuentas bancarias en al menos cinco bancos nacionales en dólares, lempiras y euros, muchas de las que estaban mancomunadas con Jessica Paz que tenía firma autorizada. Tuvo 11 préstamos bancarios, entre hipotecarios y fiduciarios. No puede justificar 209,443,626.12 lempiras.
La señora Vilma Aracely Paz Castellanos otra de las encausadas manejó ante el sistema financiero nacional unas seis cuentas bancarias de lempiras y dólares cuya firmante era su hermana Jessica Paz, además abrió y cerró una cuenta en un solo día, tuvo ocho prestamos y según la acusación de todo lo que manejó en sus cuentas no puede justificar 17,354,586.18 lempiras.
Asimismo, Elida Patricia Paz no puede justificar 852,480.23 lempiras y Dennis Paz no justifica 545,192.64 lempiras.
Dentro de la pericia financiera dieron detalle acerca de las sociedades que mantuvieron activas, como ser Importaciones Generales (IMGRAL) que contaba con 14 cuentas bancarias, cuyas firmas autorizadas eran Jessica y Elida Paz, la Fiscalía señala que no se justifican 264,268,278.16 de lempiras, otras de las empresas que fueron analizadas por la perito del Ministerio Público fue Importaciones Paz Robles que manejó cuatro cuentas la cual tenía firma autorizada Juan Carlos Paz, la empresa Cooper tuvo cuatro cuentas, Pest Control S. de R.L. Rapirepuestos, D y A S. de R. L y Casa Di Lusso.
Dentro de la documentación ofertada se encuentra la que detalla la que vincula a los Rivera Maradiaga con el bufete estadounidense Law Ofrene Office Sotorrio, apoderados legales de los Rivera Maradiaga, los cuales exigian el pago de 2,000,000.00 de dólares que se desenbolsarían en cuatro pagos de 500,000.00 dólares cada uno.
Asimismo, de cómo crearon una empresa de maletín, las cuales no tuvo éxito para recolectar capitales, por lo que crearon una segunda empresa que los socios únicamente prestaron sus nombres ya que no tenían la capacidad de manejar en 16 meses esos montos de dinero.
Las transferencias internacionales que eran enviadas a través de una empresa que envío por partes el encausado Juan Carlos Paz a favor de René Sotorrio y este a su vez confirmaba los pagos que le enviaban.
Otro de los insumos que fueron decomisados por la Fiscalía y presentados ante los jueces, eran las claves secretas con los GPS que daban acceso a las pistas clandestinas de donde hacian el descargue de los kilos de “coca”, que les tocaba al clan, y eran los que tomaban de las narcoavionetas que aterrizaban en Honduras.
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