TEGUCIGALPA, HONDURAS
Un gol del Robert Lewandowski al cazar un balón en el área en el tercer minuto de prolongación resolvió un duelo dominado por el equipo catalán en la primera mitad, que se equilibró tras el descanso y en el que la posesión de balón de los visitantes, aunque con pocas oportunidades, pudo con el espíritu de sacrificio de un Valencia que se vació para neutralizar a su rival.
La primera mitad fue un monólogo del Barcelona que duró 45 minutos en los que la clave estuvo en la presión. La del conjunto catalán salió a la perfección con rápidas recuperaciones de balón en las pocas ocasiones en la que el Valencia era poseedor de la pelota.
Sin embargo, el Valencia no encontraba la forma de quitársela a su oponente, aunque su solidez en defensa impedía que el dominio del conjunto de Xavi Hernández acabara en claras ocasiones de gol.
La primera llegó en el minuto 23 en un remate de Ansu Fati que no subió al marcador por fuera de juego, sin que hasta entonces hubiera habido noticia del conjunto local en ataque.
A partir de la media hora de juego, la superioridad con balón del equipo visitante estuvo acompañada de algunas opciones de gol a balón parado como consecuencia de varios saques de esquina que de forma consecutiva sacó el Barcelona.
En el minuto 43 en una de las aproximaciones del equipo forastero, Lewandowski envió un cabezazo a la base del poste de la meta de Mamardashvili y hubo que esperar al tiempo de prolongación del primer periodo para que los valencianistas disfrutaran de su primera opción para marcar.
Fue en un córner en el que el cabezazo de Gabriel Paulista salió desviado y que puso el punto final a una primera mitad intensa, en la que el Valencia se centró en neutralizar las virtudes de su oponente. Lo logró con éxito, mientras que el Barcelona no vio reflejada su superioridad en el marcador.
La segunda parte comenzó con un gol anulado al Valencia. Antes del remate a gol de Lino, Marcos André había tocado el balón con mano (m.49). Era la primera jugada de peligro de este periodo.
Xavi Hernández revolucionó el equipo con Raphinha, Ferran y Gavi en lugar de Busquets, Dembelé y Ansu Fati en un momento en el que el Valencia no era tan inferior al Barcelona como en la primera parte.
A medida que pasaban los minutos, el encuentro cobró más interés por la igualdad en el marcador, por las dificultades que tenía el Barcelona para convertir sus llegadas en opciones de gol y por las contra del Valencia, escasas, pero con bastante profundidad.
Así el partido entró en su recta final con un Barcelona que no era mejor que el del primer tiempo y con un Valencia que había mejorado, pero no lo suficiente como para equilibrar las fuerzas.
Raphinha pudo abrir el marcador en la ocasión más clara de la segunda mitad al rematar alto un balón a puerta vacía (m.84) en una fase del choque en el que cualquier acierto podía ser definitivo y lo fue, ya que Lewandowski no dejó tiempo para más que para una tangana entre jugadores de ambos equipos con la que se cerró el partido.
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