Tegucigalpa. El científico hondureño, Marco Tulio Medina, aseguró que las cifras de infectados y de fallecidos por el COVID-19 que brinda el Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinager) no son las cifras reales, que son muchos más los casos.
Mencionó que esto se debe a que no se realizan las suficientes pruebas para llevar un verdadero control del virus y que hay personas que contraen el mismo, se curan y no se dieron cuenta que lo portaron.
“La cantidad de más de 25,000 personas afectadas en Honduras, no refleja la cantidad exacta de personas que están afectadas o han sido afectadas en nuestro país”, dijo.
“Estas cifras tendrían que ser multiplicadas por 5 o 10, es decir, que estaríamos hablando entre 125,000, hasta una cifra de 200,000 hondureños afectados en este momento por la epidemia”, indicó.
Medina dio estas proyecciones en base a un estudio que realizó la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en compañía de la Secretaría de Salud y la Organización Mundial de la salud (OMS).
“Esto se debe al nivel bajo de pruebas que se han llevado a cabo, muchas personas que hemos contactado; o familiares que han padecido de la enfermedad no han sido contabilizadas porque no se les realizó la prueba”, manifestó.
“Aquí tenemos que resaltar los casos confirmados por PCR versus los casos altamente sospechosos”, añadió.
“Igual es con las personas que han muerto; el número es superior porque muchas personas han fallecido en su casa sin poder ser atendidos”, lamentó.
Extensión
El científico mencionó que Honduras está ya en un problema grave por el virus, debido a que el flagelo se ha extendido a nivel nacional.
“Ya no solamente es en las grandes urbes, sino que en las ciudades de mediano tamaño de nuestro país; tal es el caso de Danlí y Tocoa”, señaló.
Agregó que esto ha provocado la saturación de los centros asistenciales a nivel nacional porque los pacientes llegan en grandes cantidades.
“Esto se debe a los problemas de planificación, en relación a incrementar el número de camas, ahí ha habido un grave problema”, expresó.
Según su criterio, esto se debe a que “la economía informal abrió sus puertas antes de lo previsto; lo pudimos ver en los mercados, en las calles y muchas de ellas sin tomar las medidas de bioseguridad”.
“Ahí fue uno de los centros, donde más se diseminó el virus, particularmente en Tegucigalpa”, aseguró.
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