Corea del Norte continúa operando algunas instalaciones nucleares y sus actividades siguen siendo “causa de grave preocupación”, dijo el Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA) de la ONU.
“La continuidad de programa nuclear de la RPDC [República Popular Democrática de Corea] es una clara violación de resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de la ONU y es profundamente lamentable”, indicó el OIEA en un informe anual a sus miembros transmitido a los medios el miércoles.
Durante el periodo transcurrido desde su último informe en agosto de 2019, el OIEA observó “señales compatibles con la producción de uranio enriquecido” en el sitio nuclear de Yongbyon.
La agencia con sede en Viena recordó en su informe que no tuvo acceso al sitio de Yongbyon o a otros lugares en Corea del Norte, y basa sus análisis en “las informaciones de las que dispone”, como informaciones públicas e imágenes satelitales.
En ese sentido, detalló que la ausencia de descarga de vapor o agua de refrigeración en Yongbyon apunta a que “es casi seguro que el reactor ha permanecido apagado desde principios de diciembre de 2018”, pero ha habido indicios de que el mantenimiento del reactor continúa, incluida la presencia regular de un probable buque cisterna de dióxido de carbono, así como de otras actividades conexas, añadió.
En su informe, el OIEA pidió a Corea del Norte que “cumpliera plenamente” con sus obligaciones internacionales y “cooperara rápidamente” con el organismo.
Desde que en 2009 Pyongyang expulsó a los inspectores del OIEA de su emplazamiento nuclear de Yongbyon, se ha negado a permitir las inspecciones del organismo en su territorio.
El martes, Estados Unidos advirtió formalmente sobre las actividades balísticas de Corea del Norte, que continúan y siguen representando una “amenaza significativa para la estabilidad regional y mundial”.
En una “advertencia” conjunta, los departamentos de Estado, del Tesoro y del Comercio estadounidenses detallaron los esfuerzos del Estado comunista para adquirir material que pueda ser utilizado en la fabricación de misiles.
Tras sus primeras pruebas de misiles intercontinentales en 2017, Pyongyang “continuó durante el año pasado lanzando misiles balísticos, violando una serie de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, según la diplomacia estadounidense.
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