TEGUCIGALPA, HONDURAS.
Las pasarelas del mundo en la semana de la moda de Milán, París, y Nueva York revolucionaron cuando los espectadores vieron poca ropa, mas piel y empoderamiento
La piel, apenas cubierta por tirantes y briznas de encaje, volando libre bajo telas de malla y mezclilla deshilachada, es la memoria reconstruida de la ropa interior descarriada, y esta primavera la verás en tu acera más cercana.
Hace un año, cuando las prendas de vestir comenzaron a desaparecer, se dijo mucho de la libertad pospandémica y de cómo esta oleada de desnudez pública simplemente era la expresión del anhelo reprimido de contacto social y de un deseo por sentir la brisa en la piel.
Sin embargo, cada vez está más claro que este tipo de exhibición física, la corporeidad desparpajada, irrestricta y pura, es la expresión más cruda de una conversación nueva sobre el cuerpo y la ropa.
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