Ciudad de México/Tapachula (México) – La migración irregular a través de México se elevó un 193 % interanual en la primera mitad del año, según revelan datos del Gobierno, un fenómeno que se agudizaría ante la incertidumbre electoral de Estados Unidos, advierten activistas de la frontera sur este miércoles a EFE.
Las autoridades mexicanas reportaron 712.226 «personas en situación migratoria irregular» entre enero y junio de 2024, casi el triple de las 242.928 del mismo periodo de 2023, de acuerdo con las estadísticas de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob).
En tan solo seis meses, la migración irregular reportada por el Gobierno de México casi alcanza el récord de 782.176 migrantes irregulares que detectó en todo 2023, cuando este flujo subió un 77 % anual.
El principal país de origen de los migrantes es Venezuela, con 200.289 registrados, lo que implica un aumento del 215 % y más de uno de cada cuatro del total de la migración irregular de 2024, el 29 %.
Le siguen Ecuador (73.615), Honduras (60.260), Guatemala (56.938), Colombia (44.094), El Salvador (41.679), Nicaragua (36.405), Haití (30.476) y Cuba (24.151).
Presión en Estados Unidos
El aumento de la migración irregular en México contrasta con la caída de los arrestos en la frontera con Estados Unidos, donde las detenciones de indocumentados cayeron un 73 % desde el punto más álgido de diciembre hasta los 3.415 reportados el 30 de julio, según informó la canciller mexicana, Alicia Bárcena, el viernes pasado.
La presión de Washington a México ha crecido ante las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, donde la migración y la frontera común han sido un tema clave.
Pero en el límite de México con Centroamérica la migración no se ha detenido y sus habitantes se sienten rebasados, según comentó Denis Olivera Aguirre, secretario general de la Asociación Impulsora para el Desarrollo de los Mercados en Tapachula, la principal urbe fronteriza.
“Aquí la frontera sur ha sido testigo de cómo se ha vulnerado la soberanía nacional, en el sentido de que han pasado por Tapachula millares de personas que vienen de otros países, migrantes, niños, familias enteras, embarazadas y hemos visto cómo ha crecido este flujo migratorio», expuso a EFE.
La travesía mexicana antes del sueño estadounidense
El flujo de personas se eleva pese a los crecientes peligros que afrontan los migrantes en Chiapas, estado de la frontera sur de México que padece una disputa del crimen organizado para controlar el tráfico de drogas y personas.
«Son demasiados los riesgos que pasamos, los golpes de calor, enfermedades, personas golpeadas y lo más peligroso es la situación que está en el país, los secuestros, sí hay secuestros. (Vamos) un poco con miedo, yo llegué aquí con mis tres niños», contó a EFE el hondureño Carlos Rivera.
Otros migrantes se debaten entre continuar en Estados Unidos o quedarse en México, donde el Gobierno ha prometido refugio para quienes quieran trabajar en el país, en particular en el sur.
«La cosa está mal en el mundo y uno siempre va a buscar dónde está mejor o no, yo me radicaría en México, mi objetivo no es México, pero me siento seguro», expuso un ciudadano de República Dominicana que omitió su nombre por temor a las autoridades migratorias.
El activista mexicano Luis Rey García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana (CDH), quien suele acompañar a los migrantes en la frontera sur, consideró insuficiente el trabajo del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
También advirtió de un persistente aumento migratorio ante la crisis en otros países, como la política en Venezuela, donde el presidente Nicolás Maduro asevera que ganó la reelección pese a las denuncias de fraude de la oposición.
«Hay una persecución en Venezuela, siguen los problemas en Cuba, siguen los conflictos en África que están haciendo que muchos compañeros (huyan), en Haití no cesan los problemas y por lo tanto la migración se ha incrementado», señaló en una entrevista.
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