La centralidad que lograron los corticoides entre las opciones terapéuticas más prometedoras para frenar el avance del Covid-19 y sobre todo evitar que el cuadro de un paciente positivo empeore severamente hasta requerir atención intensiva tiene mucho que ver con el éxito del flamante estudio RECOVERY que impulsó la Universidad de Oxford, el cual demostró- a través del uso de la dexametasona- reducir la mortalidad en un tercio de los pacientes conectados a respiradores.
Esta línea científica de tratamientos terapéuticos contra el COVID-19 – hoy transformada en surco- de fármacos baratos, accesibles, conocidos y disponibles para la mayoría se convierten en la gran punta de lanza para salvar vidas de pacientes moderados a graves a causa del coronavirus. Allí emerge con fuerza el trabajo en el tiempo del investigador Daniel Cardinali, médico argentino y asesor del Vicerrectorado de Investigación e Innovación Académica de la Universidad Católica Argentina (UCA), quien coloca en el podio de las opciones terapéuticas con evidencia científica respaldatoria a otra droga conocida para la mayoría, la melatonina.
Consultado por Infobae, Cardinali, especialista en fisiología y farmacología con más de 50 años de estudio en melatonina, y quien ha desarrollado sus aplicaciones terapéuticas más famosas en la Medicina del Sueño, explicó, “el estudio preliminar Recovery de la Universidad de Oxford planteó con éxito en miles de pacientes que los corticoides en dosis bajas a través de la droga dexametasona (como agente antiinflamatorio) reduce un tercio los episodios fatales frente a los enfermos por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Pero de los corticoides también hay que decir -advirtió Cardinali- que no previenen la crisis inflamatoria que provoca el COVID-19 en el organismo -por algunos expertos definida como una tormenta de citoquinas- y responsable de la espiralización hacia un cuadro grave donde el paciente requerirá internación en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y sumado a que si este tipo de pacientes se reproducen en forma exponencial podrán como primer consecuencia inmediata, generar un colapso del sistema sanitario. Frente a esto se abre un lugar destacado para el aporte de otro agente antiinflamatorio como la melatonina, que no solo tiene la condición positiva de ser un agente antiinflamatorio, sino también de ser inmunoreguladora”.
COMENTARIOS