La fotografía no tiene límites para Wolfgang Tillmans, considerado hoy en día como uno de los artistas más innovadores de este medio. Así lo quiso demostrar a través de la naturaleza poliédrica de su obra y en su preocupación por el proceso en sí mismo de la fotografía. Su arte trata tanto de su propia vida como del mundo que le rodea, así como de la historia del medio; aunque siempre cuestiona de forma recurrente las jerarquías y el valor de la fotografía en un mundo cada vez más lleno de imágenes.
Tillmans irrumpió en la escena artística a principios de la década de los noventa y se convirtió en el cronista de una juventud alternativa, de las noches discotequeras del “Acid House” y las marchas en favor de los derechos de los homosexuales.
Sus amistades aparecían retratadas en las páginas de la revista británica I-D, con una arriesgada maquetación. La fotografía de dos de sus amigos encaramados semidesnudos en un árbol, Lutz y Alex Sitting in the trees, pasaría a ser la definición de una generación. Esa imagen, que bien podía ser considerada como una fotografía de moda, se convirtió en una poética exploración de la identidad.
Esa búsqueda en las definiciones de la identidad, así como la frontera entre lo individual y lo colectivo ha sido utilizada en varias ocasiones por el artista con el fin de destacar aquello que nos une más que lo que nos separa.
Estudió arte en el Reino Unido, en Bournemouth, aunque él quería ser astrónomo. En su época de adolescente se sentía como en casa en el mundo de las estrellas, un terreno desconocido para él.
Wolfgang Tillmans Installation view Serpentine Gallery, London(Foto: Gautier Deblonde)
“Es solo cuestión de una lente»
Desde que en 1988 compró su primera cámara exploró el medio y sigue fascinado por cómo un simple papel fotográfico puede ser transformado en un objeto lleno de significado y de increíble belleza.
“Es solo cuestión de una lente el que una obra sea abstracta o figurativa”, señalaba el artista en una entrevista con Jean-Pierre Krief.
No hay nada de casual en los retratos realizados por el artista, en los que se proyecta la vulnerabilidad y la dignidad del modelo o la delicadeza y fragilidad del cuerpo humano. Tillmans aseguró que necesitaba ser tan vulnerable como el artista a la hora de hacerlos.
“No me interesan ningún retrato en el que el fotógrafo no corra tantos riegos como lo hace el modelo”, reconocía el fotógrafo a Krief.
(Foto: Blas Fotografía)
COMENTARIOS