TEGUCIGALPA, HONDURAS
Los efectos de la crisis climática han favorecido la proliferación del hongo de la roya en los cultivos de café de Honduras, lo que sumado a los bajos precios ha disminuido su producción, indicó este martes el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé).
«Venimos atravesando situaciones bastantes complejas en aspectos climáticos y tenemos efectos colaterales que han afectado las exportaciones y la misma producción en las fincas de café», dijo el gerente técnico de Ihcafé, Napoleón Matute.
Las tormentas tropicales Eta e Iota, que en noviembre de 2020 azotaron a Honduras, afectaron más de 4.200 hectáreas de fincas de café y provocaron una reducción de más de 150.000 quintales (sacos de 46 kilos), agregó.
ALTA INCIDENCIA DE ROYA
La cosecha actual, que se inició el 1 de octubre de 2022 y finaliza el 30 de septiembre de 2023, ha estado marcada por los daños causados por la roya en muchas fincas, a lo que hay que sumar la caída de precios en el mercado internacional, señaló Matute.
Dijo además que la saturación altísima de suelos por mucha lluvia ocasiona un drenaje de los nutrientes de las plantas de café, lo que genera altos niveles de roya, una enfermedad causada por el hongo «hemileia vastatrix» que infecta las hojas de los cultivos.
El sector cafetalero de Honduras está en alerta debido al alto nivel de incidencia de la roya que ha afectado el 20 % de la producción de café, precisó Matute, quien indicó además que las secuelas de los fenómenos climáticos disminuyeron las exportaciones del grano.
Honduras vendió 6,1 millones de sacos de 46 kilos del grano al cierre de la cosecha 2021-2022, lo que representa una disminución de 18,7 % en comparación con los 7,5 millones previstos a exportar a inicio del ciclo pasado y un 19,7 % con relación con el periodo 2020-2021, según cifras del Ihcafé.
CRISIS CLIMÁTICA «UN ENEMIGO» DEL CAFÉ
En opinión de Matute, la crisis climática que afecta al mundo es «un enemigo» de la caficultura de Honduras, un país «altamente vulnerable», por lo que pidió a las autoridades ejecutar medidas de mitigación.
Agregó que la crisis climática es un «tema de país» que requiere buenas prácticas agrícolas y un manejo integrado del cultivo del grano.
El Ihcafé también analiza la vulnerabilidad de las fincas del aromático para buscar estrategias de resiliencia ante los embates cada vez más extremos del clima, comentó Matute.
La caficultura de Honduras, según el directivo del Ihcafé, está establecida con las variedades catimor y sarchimor, que son «altamente susceptibles» al hongo conocido popularmente como «ojo de gallo».
El «ojo de gallo» es una plaga cuyos ataques se elevan con la lluvia por el aumento en el nivel de humedad de los cafetales.
Honduras tiene una capacidad de producción de 8,5 millones de quintales de café, la más alta de Centroamérica, pero las exportaciones de la cosecha 2022-2023, previstas en 7,2 millones de sacos, podrían disminuir un 25 % debido a los factores climáticos, plagas y enfermedades, subrayó Matute.
También afirmó que el futuro del sector «es incierto» por la alta especulación y el bajo precio del grano en el mercado internacional, y abogó por una comercialización «más justa».
En Honduras existen más de 100.000 productores que se dedican a la caficultura, en su mayoría en pequeña escala, con una generación de un millón de empleos directos e indirectos.
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