El centro de Tegucigalpa, la capital de Honduras, es conocido como el «casco histórico» debido a la cantidad de lugares con gran importancia histórica y relevancia cultural del país.
La Antigua Casa Presidencial, según data la historia, fue construida por el arquitecto de origen italiano Augusto Bressani, entre 1916 y 1922 a escasos metros del Congreso Nacional, precisamente a orillas del Río Grande o Río Choluteca.
La obra de dos plantas, tiene una mezcla de diseños neomedievales y neogóticos. Fue edificado con piedra rosada, arena y otros materiales extraídos de una cantera local. Ademas, este plantel cuenta con corredores, muros con torreones de vigilancia, dos despachos presidenciales y una cúpula que lleva en la cima un estandarte con la bandera de Honduras.
El último gobernante que tuvo su despacho en la antigua Casa Presidencial fue Rafael Callejas en su periodo 1990-1994), quien en 1992 decidió que la sede del Ejecutivo funcionaría en otro inmueble en la parte sureste de la capital.
De acuerdo a datos recabados en la planta baja de la antigua casa presidencial se utilizaba el Salón de los Espejos para eventos sociales, un patio y espacios para la Guardia Presidencial y una sala de cine para entretenimiento o presentaciones relevantes.
Con el paso de los años el histórico inmueble ha sido restaurado por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), convirtiéndolo en un museo nacional y hoy en día alberga el Centro Documental de Investigaciones Históricas de Honduras donde se han venido presentando exposiciones y otras actividades culturales.
La Antigua Casa Presidencial es patrimonio único que vale la pena conocer y conservar; este puede ser visitado de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. Además, es importante realizar previa cita para grupos mayores de 50 personas.
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