Un juez federal brasileño ordenó a los miembros de la comunidad indígena Kayapó Mekrãgnotire despejar los bloqueos de una importante carretera interestatal, que habían establecido para exigir una mayor asistencia del gobierno en la actual crisis del coronavirus.
El lunes, decenas de manifestantes indígenas con palos, flechas y machetes, levantaron dos barricadas en la carretera cerca de Novo Progresso, en el norteño estado de Pará.
Exigían asistencia médica, alimentos y suministros médicos. También protestaban por la deforestación y las actividades ilegales en sus territorios, según un comunicado del Instituto Kabu, una ONG creada para administrar pueblos indígenas e inspeccionar los bosques de la región.
«El covid-19 ya llegó a nuestras aldeas, solo hay un médico y las pruebas rápidas solo llegaron en junio», dice el comunicado. «Oficialmente, 403 indígenas ya han sido infectados y cuatro han muerto, todos ellos ancianos.
«La Secretaría Especial de Salud Indígena (SESAI) en Novo Progresso ha tardado hasta tres días en sacar con éxito a los pacientes de las aldeas y allí no hay UCI en el municipio».
La policía federal tiene la tarea de hacer cumplir la liberación de la carretera respetando los derechos de los indígenas, de acuerdo con la orden del juez. Si los manifestantes no quitan las barricadas, enfrentan una multa diaria 10.000 reales (US$ 1.800).
Por qué eligieron la carretera: los líderes indígenas argumentan que la proximidad a la carretera trajo el coronavirus a sus aldeas, dijo el lunes el Instituto Kabu a CNN.
Los primeros casos de coronavirus entre los Kayapó Mekrãgnotire ocurrieron como resultado de su contacto con poblaciones urbanas y la presencia de mineros ilegales en sus reservas.
Hasta el momento, 21.000 indígenas en Brasil han sido infectados con covid-19 y 618 han muerto, según la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).
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