Guatemala, (EFE).- Un juez de Mayor Riesgo de Guatemala denegó este martes una solicitud de arresto domiciliario por «razones humanitarias» debido al COVID-19 que hizo el expresidente Otto Pérez Molina (2012-2015) y le ordenó seguir en prisión preventiva.
El titular del Juzgado de Mayor Riesgo del Grupo B, Miguel Ángel Gálvez, señaló que el mandatario no podrá volver a su casa, de la que salió rumbo a prisión al renunciar a su cargo de presidente en septiembre de 2015 tras perder su fuero por un caso de corrupción.
Según el juez, Pérez Molina ha permanecido «más tiempo hospitalizado» que en la prisión preventiva Mariscal Zavala, un centro de detención de «alta seguridad» ubicado dentro de la brigada militar del mismo nombre, al este de Ciudad de Guatemala.
Gálvez detalló que el exmandatario -y militar retirado- ha estado un año, 9 meses y 10 días hospitalizado en el Centro Médico Militar, pues padece de una afección cardíaca.
Pérez Molina, de 69 años de edad, presidente de Guatemala entre 2012 y 2015, manifestó su frustración al salir de la audiencia.
«Es lamentable que el juez de una medida de este tipo», pues, dijo, no priorizó «el tema de la salud y en cambio se fue por otro lado. Dice que hay hacinamiento (en las cárceles) y que como estoy en el Centro Médico Militar por una operación reciente, pues que ahí no hay hacinamiento».
El exmandatario aseguró que se había solicitado en cambio una medida sustitutiva -poder regresar a casa bajo arresto domiciliario y sin vigilancia- «por una situación que está bien clara (…) que son los grupos vulnerables que corren no solo más peligro para contagiarse de COVID-19, sino que hay mayor riesgo a que se complique después de haberse contagiado».
Durante su solicitud ante el juez, Pérez Molina advirtió que han habido casos de coronavirus en el hospital en el que está internado. «Un caso que progresó positivamente y se le dio egreso y otro que continúa siendo atendido», musitó.
El abogado César Calderón, defensor de Pérez Molina, enfatizó que en situaciones extraordinarias «las medidas a tomar deben ser extraordinarias, dejando de lado la vieja cantaleta procesal del peligro de fuga y de la obstaculización de la verdad».
Según Calderón, su defendido padece de «una hipertrofia (…) asociada a eventos de taquicardia», además «es portador de un cardiodesfibrilidador bicameral». Su condición puede «desembocar en taquicardias, lo que constituye un alto riesgo a muerte súbita todo el tiempo, imagínese en época de coronavirus».
La representante de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad del Ministerio Público, Leslie Rosales, se mostró en cambio sorprendida al enterarse en la propia audiencia que el expresidente se encontrara en el Centro Médico Militar y no recluido en la cárcel de Mariscal Zavala.
Pérez Molina fue acusado en 2015 de corrupción por el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) -cuya vigencia expiró en septiembre pasado- y desde entonces ha acumulado al menos otras cuatro acusaciones similares que lo tienen en prisión desde septiembre de 2015.
(c) Agencia EFE