New York – El expresidente de Honduras (2014-2022), Juan Orlando Hernández, fue declarado culpable por narcotráfico en la Corte del Distrito Sur de Nueva York Estados Unidos a donde fue extraditado en abril de 2022.
El expresidente fue encontrado culpable del delito de conspirar para importar cocaína a los Estados Unidos. También de conspiración para usar y portar ametralladoras y dispositivos destructivos durante la conspiración de importación de cocaína, y también por tercer delito posesión de armas de fuego.
El juzgamiento y condena del exgobernante de Honduras constituye un hecho inédito para Honduras y para toda la región y abre la vía que causas similares se repitan debido a que la narcoactividad sigue en ascenso en Latinoamérica y con ello las causas sociales que desencadenan violencia, masiva migración irregularidad, corrupción y otra serie de desgracias para la población.
Después de tres semanas de desarrollo del juicio por tres cargos de narcotráfico contra el exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández, finalmente llegó el día 14 en el que se dio el veredicto final después de dos dias de deliberación y fue de culpabilidad.
El juez Castel recibió de los jurados, 12 neoyorkinos, el sobre contentivo de la sentencia que leyó para hacer saber al público presente en la sala, así como a millones de hondureños pendientes del desarrollo del juicio, la culpabilidad de Hernández Alvarado.
Previo a la deliberación del jurado que inicio en el día 13 el juez Castel en horas de la mañana les brindó las instrucciones del caso y luego se conoció el veredicto.
El exgobernante fue acusado de tres delitos, y en los tres resultó culpable después de un agotador juicio que duró exactamente 12 días, en el que participaron 15 testigos tanto de la Fiscalía como de la defensa, incluyendo el propio acusado, Juan Orlando Hernández.
Según los expertos, la Fiscalía fue más contundente durante todo el proceso, mientras que la defensa dejó dudas. Los equipos estaban conformados por tres abogados en ambos lados, dos hombres y una mujer.
Los fiscales federales adjuntos Jacob H. Gutwillig, Michael D. Lockard, Jason A. Richman y Elinor L. Tarlow del Distrito Sur de Nueva York procesaron el caso.
El cuerpo de la defensa estuvo liderado por Raymond Colon, acompañado de Renato Stabile y la abogada Sabrina Shroff.
El jurado fue designado desde el primer día del juicio, con 18 ciudadanos estadounidenses, de los cuales 3 se retiraron durante el proceso por diferentes problemas, particularmente de salud, quedando 15 y finalmente 12 que recibieron las instrucciones del juez Castel previo a brindar su veredicto.
En este día 13 del juicio, tres jurados suplentes fueron retirados, lo que llevó a Castell a recordar que ellos aún están al servicio del caso y que deben regirse por la disciplina propia del mismo, lo que dejó a 12 titulares empoderados de la decisión que debieron tomar.
Previo al veredicto, en el día 12 del juicio donde ambas partes presentaron al jurado sus alegaciones. Por parte de la Fiscalía, se remarcó que «El acusado Juan Orlando Hernández es un narcotraficante a gran escala. Abusó de su poder para, como él mismo lo expresó, meter las drogas en las narices de los gringos, y ellos no se dieron cuenta».
En las conclusiones, la defensa afirmó que su cliente, Juan Orlando Hernández, era víctima de una venganza de narcotraficantes confesos y asesinos que buscan bajar sus penas. Y destacaron las leyes que se aprobaron bajo la administración de Hernández Alvarado para combatir el crimen organizado y el narcotráfico.
En el cierre, la Fiscalía sostuvo que la lucha de JOH contra la narcoactividad era una fachada. Remarcó que sus argumentos no tenían ningún sentido.
En el juicio denominado «El juicio del siglo», que mantuvo la expectativa desde principio a fin tanto a nivel nacional como internacional, los testigos expusieron un entramado de relaciones entre políticos y el narcotráfico.
En ese marco, se revelaron sobornos destinados a campañas políticas, favores como protección y facilidades para el transporte de drogas, impunidad, asesinatos, relaciones con carteles internacionales, tráfico de grandes cantidades de droga, lavado de activos, y cómo permearon en algunas instituciones del Estado, donde el acusado, Juan Orlando Hernández, era protagonista con relaciones directas con grupos de narcotraficantes, abusando de su poder y su posición de presidente de Honduras.
COMENTARIOS