José Trinidad Cabañas fue Presidente de Honduras en el periodo de 1852 a 1855. Gracias a su desempeño, en su gobierno fue considerado prócer y una de las personas más honradas de la historia del país. Durante su periodo de presidencial sostuvo que:
«No se trata de fundar la República de algunos, si no la República de todos».
En su estatua erigida en el Parque La Merced, Tegucigalpa, puede leerse en su placa:
«Al heroico soldado de la unión centroamericana. Al guerrero modelo de constancia, de honradez y de valor. Al hombre que todo Honduras admira y seguirá admirando siempre».
El 9 de junio de cada año en honor a su nacimiento se celebra el Día Nacional de la Integridad y Lucha contra la Corrupción. Cabañas nació en Tegucigalpa el 9 de junio de 1805.
Obras hechas por Cabañas
Cabañas realizó importantes obras para fomentar la instrucción pública, la agricultura y la minería, así como esfuerzos significativos para mejorar el cultivo del café.
Según los libros de historia era un presidente educador, que impuso impuestos a la exportación de ganado y madera para establecer las primeras 50 escuelas públicas pagadas por el erario nacional.
Amigo de Francisco Morazán
Cabañas era gran amigo del general Francisco Morazán quien en 1829 ingresó en el ejército. Cabañas realizó grandes hazañas en el campo de batalla debido a su gran valentía. Su batalla más famosa fue la del Espíritu Santo, en El Salvador, el 6 de abril de 1839.
Estudios
Estudió gramática latina, teología y filosofía en el Colegio Tridentino de Comayagua.
Su Muerte
Durante los últimos años de su vida, el General Cabañas se retiró de la política y pudo regresar a Honduras en 1867 y establecerse en Comayagua.
Cabañas falleció el 8 de enero de 1871, a la edad de 65 años. Luego de su muerte, el gobierno de Honduras le otorgó el título de «Soldado de la Patria» y la República de El Salvador nombró Cabañas a uno de sus departamentos en su honor. Sus restos descansan en la Iglesia de San Sebastián de Comayagua.
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