José Francisco Saybe nació en la ciudad puerto de La Ceiba el 30 de mayo de 1936, tiene 84 años de edad y es del signo zodiacal Géminis. Sus padres fueron Neyun Handal y Francisco José Saybe.
Durante parte de su vida residió en la ciudad de San Pedro Sula (SPS), en la que le apostó al arte y la cultura; pero sobre todo al teatro. Tanta fue su pasión por esta incomparable forma de expresión de arte que admiradores aun lo observan como una leyenda.
La mayoría lo llaman simplemente don chico por su humildad y respeto con las personas, desde la más alta personalidad hasta el mas humilde ciudadano.
¿Cómo nace su amor por la actuación?
Se conoce que a los nueve años de edad tuvo la oportunidad de visitar el centenario “Teatro Manuel Bonilla” de Tegucigalpa. Ubicado frente al Parque Herrera y a unos cuantos metros del Río Choluteca a inmediaciones del Puente Carias.
En ese momento el pequeño cursaba su quinto grado de educación primaria y observaba una obra dentro de ese histórico palacio cultural cuando nació su interés por el teatro.
Sus estudios de Bachillerato los realizó en el Instituto “Salesiano San Miguel” y posteriormente se graduó de ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en 1957; también, es importante mencionar que en ambas instituciones alcanzó diplomas de excelencia académica.
Contrajo matrimonio con Rosa Emilia Larach y procrearon tres hijos los cuales les regalaron el honor de ser abuelos de cinco nietos.
Su vida en el teatro
Saybe es director y fundador del “Círculo Teatral Sampedrano”, que cumple 51 años este 2020. Además lleva 27 años de trabajo en la fundación Cultural de San Pedro Sula.
En el 2011 recibió el premio a la Identidad Nacional. Asimismo, en el 2016 se reconoció por la Asociación Valmoral con el valor de la integridad.
Es presidente y director de Saybe y Asociados, una de las principales empresas de ingeniería civil en Honduras desde hace más de 40 años. Se desempeñó como miembro de la junta directiva del Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras y estuvo de cónsul honorario en la República de Uruguay por un periodo de 22 años.
Esos son algunos de los principales logros de esta leyenda del teatro en el país en el que ha formado un legado para los jóvenes.
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