El presidente Joe Biden urgió este 23 de marzo por la prohibición de los rifles de asalto y pidió al Congreso adoptar medidas más estrictas sobre el control de las armas tras el tiroteo en un supermercado de Colorado que dejó diez personas muertas, la segunda masacre en el país en una semana.
El ataque, que habría sido cometido por un joven de 21 años con un rifle de asalto, se produjo justo 10 días después de que un juez bloqueara la prohibición de ese tipo de fusiles en la ciudad de Boulder.
Biden, que con solo dos meses en el cargo queda bajo una mayor presión para cumplir sus promesas de campaña sobre legislación de armas, pidió al Congreso dejar a un lado las posturas partidistas y tomar acciones urgentes para evitar nuevas masacres.
«Esto no es ni debería ser un tema partidista. Es un problema estadounidense que salvará vidas, vidas estadounidenses. Debemos actuar», enfatizó.
Durante años, los demócratas han abogado por una regularización de la Segunda Enmienda de la Constitución, que permite la libre tenencia de armas; mientras que los republicanos defienden el derecho de los civiles a portarlas. Pero mientras la pugna se mantiene, miembros del Partido Republicano siguen recibiendo grandes donaciones de dinero por parte de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), por sus siglas en inglés, que ha hecho un gigantesco lobby para evitar un cambio en la legislación.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que este cuerpo legislativo, de mayoría progresista, respalda las voces de las víctimas de la violencia armada que denuncian que “ya es suficiente”, después de tantas masacres en suelo estadounidense.
«Hay demasiadas familias en demasiados lugares que se ven forzadas a soportar este indescifrable dolor y angustia (…) Es necesario actuar ahora para prevenir que esta lacra siga lastrando a nuestras comunidades», dijo Pelosi en un comunicado al tiempo que citó la aprobación de dos proyectos de ley, en la Cámara Baja, sobre verificación de antecedentes penales para adquirir armas. Sin embargo, ahora están pendientes de aprobación en el Senado.
Durante los ocho años de mandato del expresidente Barack Obama y los cuatro años en el Ejecutivo de Donald Trump, la Cámara Alta fue de mayoría republicana y ejerció una fuerte oposición para aprobar medidas al respecto.
Actualmente, el Senado se encuentra en un empate, de 50 demócratas y 50 republicanos y la vicepresidenta Kamala Harris cuenta con el voto de desempate. No obstante, aún es difícil avanzar en esta materia.
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