El Gobierno japonés ha dado a conocer este sábado su intención de prohibir la entrada de extranjeros en el país hasta finales de enero para evitar nuevos contagios por coronavirus.
La medida entraría en vigor el próximo lunes, según ha anunciado el Gobierno en un comunicado recogido por Nikkei, y queda adoptada tras conocerse la existencia de una nueva variante del coronavirus, de transmisión acelerada, en personas llegadas desde Reino Unido.
Los ciudadanos japoneses y los extranjeros que vivan en Japón podrán regresar al país, de acuerdo con la nueva restricción.
Mientras, Tokio ha entrado en estado de alerta máxima tras registrar 949 casos en 24 horas, su máximo histórico y un repunte significativo desde los 884 casos del viernes y el récord previo del jueves, 888 infectados, en un día en que el Gobierno ha anunciado el cierre del país para ciudadanos extranjeros por el peligro de contagio de la nueva cepa británica, más transmisible que versiones previas.
De momento, las autoridades han decidido recomendar este fin de semana el cierre de la ciudad y pedido a sus casi 14 millones de habitantes que se queden en sus casas salvo por necesidad. Los bares y los restaurantes del centro de la ciudad cerrarán a las 22.00 en un intento de contener la enfermedad en plenas festividades «Bonen-kai» («Olvidemos este año»).
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