TEGUCIGALPA, HONDURAS
El cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, celebró la misa del Miércoles de Ceniza, que inicia el período de Cuaresma para los católicos, en la que abogó por «una conversión profunda».
«Al comenzar esta Cuaresma estamos llamados a una profunda conversión», dijo Rodríguez en una concurrida misa en la Basílica Menor, en el extremo oriente de Tegucigalpa.
Agregó que la Cuaresma iniciada con el Miércoles de Ceniza, que antecede a la Semana Santa, es tiempo para «convertirse y creer en el Evangelio, esto nos invita a vivir plenamente».
Centenares de creyentes asistieron a las diferentes iglesias para recibir la tradicional cruz en la frente, en señal de inicio de la preparación para la Semana Santa.
La ceniza que Rodríguez colocó en la frente de los creyentes está hecha de las palmas del anterior Domingo de Ramos, que es guardada hasta el Miércoles de Ceniza.
Las cenizas «nos recuerdan que estamos marcados por la ineludible realidad de la muerte, pero más allá de la muerte, se nos abren las puertas de la resurrección y de la vida», señaló.
El religioso aseguró que las personas no pueden vivir absolutizando la vida y construyéndose sobre «falsos valores».
Insistió en la necesidad de convertirse y «cambiar la manera de pensar y de actuar» porque «Dios no puede cambiar nuestra sociedad sin que nosotros cambiemos personalmente, todos estamos ungidos en estos tiempos difíciles a una verdadera conversión».
El tomar las cenizas, según Rodríguez, es un «gesto de humildad» que significa reconocer que cada persona es “una criatura frágil, limitada, hecha de tierra».
Este simbolismo recuerda que la existencia humana está «limitada por la muerte», enfatizó el cardenal hondureño, quien dijo, además, que el mundo necesita «convertirse a Dios».
La Cuaresma es un «camino de conversión para llegar a la alegría de la Pascua con un corazón renovado», apostilló Rodríguez, quien instó a los hondureños a ser solidarios con los más necesitados.
Es necesario «compartir nuestros bienes en un mundo donde crece el hambre y la injusticia, la idolatría de los bienes materiales hace a la persona infeliz, la engaña, la defrauda», añadió.
Sobre el ayuno cuaresmal, el cardenal hondureño dijo que «no es para estar en forma, ni para reducir peso, ni para mejorar nuestra imagen, es una crítica a los excesos de una sociedad de consumo en la que estamos inmersos».
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