(EFE). Tegucigalpa – El Gobierno de Honduras se solidarizó este viernes con Cuba tras la explosión registrada en el hotel Saratoga de La Habana, que dejó, al menos, nueve muertos, 13 personas desaparecidas y unos 40 hospitalizados, según las autoridades de la isla.
«Nuestra solidaridad fraterna por las víctimas, familiares y afectados por la explosión ocurrida en el hotel Saratoga en la Habana, un saludo al hermano pueblo y Gobierno cubano», señaló el canciller de Honduras, Enrique Reina, en un mensaje en Twitter.
La explosión se registró sobre las 10.50 de la mañana (14.50 GMT) y provocó el derrumbe de parte de la fachada del edificio -de seis pisos-, afectado también por un incendio que generó una gran columna de humo blanco, visible desde gran parte de la ciudad.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, visitó el lugar del siniestro junto con el primer ministro, Manuel Marrero, y el líder de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral), Esteban Lazo.
El bajo, la primera y segunda plantas del edificio -de seis pisos- quedaron gravemente afectados por la explosión, que echó abajo la fachada, provocando una lluvia de cascotes sobre la calle. La montaña de escombros en la acera supera la altura de una persona.
Las plantas superiores del Saratoga, considerado uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, también sufrieron daños.
El Saratoga se encuentra en un edificio de estilo neoclásico construido en 1880 y que desde 1933 funciona como un hotel. Su última restauración tuvo lugar en 2005, según medios oficiales.
Cuba y Honduras tienen relaciones diplomáticas desde 1903, aunque se interrumpieron en 1961 y se restablecieron en 2002.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, recibió el martes las cartas credenciales del nuevo embajador de Cuba en el país centroamericano, Juan Roberto Loforte Osorio.
Cuba ha venido brindando ayuda a Honduras con brigadas médicas desde el huracán Fifí, en 1974, que afectó más a la región norte, y más tarde, en 1998, tras el devastador paso del huracán Mitch, que dejó daños en todo el país centroamericano, más de 5.000 muertos y millonarias pérdidas económicas y materiales.
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