Honduras cumplió este viernes dos años de la confirmación de los primeros dos casos de la covid-19 con una alta tasa de vacunación y una disminución de contagios, pero sin controlar el virus, que ha golpeado la economía y el sistema educativo del sector público.
Los primeros dos casos de la covid-19 fueron reportados en Honduras el 11 de marzo de 2020, en dos mujeres hondureñas que ingresaron por Tegucigalpa y San Pedro Sula, procedentes de España y Suiza.
Desde la notificación de los primeros casos, de acuerdo con las cifras oficiales hasta el 7 de marzo, se han contagiado 414.714 personas y 10.812 han muerto en el país centroamericano, de 9,5 millones de habitantes.
Los últimos dos años «hemos aprendido a cuidarnos mejor, mantener mucho las medidas de bioseguridad», lo que ha permitido «disminuir» las muertes por la covid-19, dijo este viernes a Efe la jefa del departamento de Neumología del Instituto Nacional Cardiopulmonar, Suyapa Sosa.
«Los hospitales no están llenos, hemos tenido una disminución de los casos» gracias a la alta vacunación que ha «jugado un papel importante» para bajar el número de fallecidos por el virus, señaló.
Desde que inició el plan de inmunización contra la covid-19 en febrero de 2021, se han aplicado más de 11,4 millones de dosis, de acuerdo a datos de la Secretaría de Salud.
MÁS VACUNACIÓN PARA CONTROLAR EL VIRUS
Sosa pidió a las autoridades apostar por una «vacunación mayor» para «tener un mejor control» del virus que afectó a la presidenta hondureña, Xiomara Castro, quien retomó sus actividades presenciales el 17 de febrero, tras una cuarentena al dar positivo con covid-19 el día 6.
La alta tasa de vacunación y la disminución de contagios y muertes por coronavirus no significa que la pandemia está controlada en Honduras, donde la ciudadanía debe «aprender a convivir con el virus, no se va a ir», subrayó.
«El control (de la pandemia) no lo tenemos ni lo vamos a tener todavía», señaló Sosa, quien señaló que la contagiosa variante ómicron disparó en diciembre y enero los contagios, aunque la mortalidad se ha mantenido baja.
En su opinión, los dos últimos años han «sido sumamente difíciles, nadie a nivel mundial estaba preparado para una pandemia de esta magnitud, pero en Honduras se visibilizó la fragilidad y el colapso sanitario que había vivido por años».
NO SE HA VISTO IMPACTO EN EDUCACIÓN
Tras dos años de clases a distancia, en Honduras «todavía no hemos visto el impacto (de la pandemia) en la educación, eso va a ser muy serio, muy grave, lo vamos a ver en los próximos meses», afirmó Sosa.
Las clases en Honduras se suspendieron el 12 de marzo de 2020, lo que afectó a miles de niños, principalmente los más pobres, que, por falta de internet, no asistieron los dos últimos años a sus asignaturas virtuales.
La pandemia desnudó las carencias del sistema educativo, según docentes, que reclaman a las autoridades de Educación una infraestructura adecuada y acceso a servicios públicos, como el agua, en los diferentes centros de enseñanza del sector público.
Diferentes centros educativos, principalmente privados, reanudaron la semana pasada las clases semipresenciales no obligatorias y con temores a que los contagios entre estudiantes y docentes se disparen, pese a que autoridades educativas insisten en que el retorno es seguro.
PANORAMA SOMBRÍO PARA 2022
A dos años de la pandemia, el 50 % de las empresas en Honduras “logró recuperarse, pero siguen mal”, el 81 % reportó caída en sus ventas y más del 10 % cerraron operaciones, dijo a Efe el presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Juan Carlos Sikaffy.
En 2020, cuando comenzó la crisis sanitaria, unas 400.000 personas perdieron su trabajo como consecuencia de la pandemia, por lo que la tasa de desempleo abierto pasó de 5,7 % en 2019 a 10,9 % en 2020, señaló.
Sikaffy afirmó que la informalidad creció en 2020 “a casi el 71 %” y aumentó a cerca del 75 % en 2021, lo que provocó “800.000 nuevos pobres” en el país.
Honduras enfrenta el reto de «crear certidumbre jurídica para atraer más inversión» e impulsar la golpeada economía, afirmó el empresario, quien cree que el 2022 será «un año difícil» debido a las «condiciones exógenas», por lo que avizora un «panorama sombrío» para este año.
La empresa privada tiene «bastantes esperanzas» en que la presidenta hondureña «va a tomar las mejores decisiones para el bienestar del país y que todos los hondureños crezcamos económicamente», acotó Sikaffy.
CON INFORMACIÓN EFE
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