El feminismo es un movimiento social que exige la igualdad de derechos de las mujeres frente a los hombres. La palabra proviene del latín femĭna, que significa ‘mujer’, y se compone con el sufijo –ismo, que denota ‘doctrina’ o ‘movimiento’.
Actualmente el termino, se constituye como una corriente de pensamiento que aglutina un conjunto de movimientos e ideologías, tanto políticas como culturales y económicas. El objetivo fundamental, claro está, es el de lograr la igualdad de género y la transformación de las relaciones de poder entre hombres y mujeres.
Algunas luchas de los movimientos feministas al rededor del mundo han sido el acceso a la educación, el derecho al sufragio, la protección de sus derechos sexuales y reproductivos, entre muchos otros.
Según la historia la primera ola del feminismo se concentró en obtener igualdad de derechos frente al varón en cuestiones como derecho en el matrimonio, derechos de propiedad e igualdad en la capacidad de obrar. A finales del siglo XIX, se centró en obtener el derecho al sufragio… cosa que parece hasta increíble creer no era igualitaria antes de estos movimientos.
La segunda ola del feminismo aparece entre 1960 y 1970 y en el debate se centra la liberación de la mujer, la desigualdad no oficial, la familia, los derechos en los lugares de trabajo, la sexualidad y los derechos en la reproducción. A este movimiento se le denomina “Feminismo liberal sufragista”.
El origen del feminismo en su tercera ola comienza en 1970 y continúa con mayor fuerza en la actualidad debido a que hoy en día existen un sinnúmero de colectivos que buscan demostrar que la mujer puede asumir diversos riesgos y obligaciones, desarrollarse en múltiples espacios y ser altamente competitiva e independiente.
A partir del 2017, el surgimiento del movimiento feminista «MeToo» ( yo también) unió a miles de mujeres que alguna vez se habían sentido acosadas o habían sido víctimas de abusos, violación y agresión utilizando frases como #Cuéntalo en las redes. Como era de esperarse, el hashtag agrupó a cientos de miles de experiencias personales sobre agresiones sexuales.
Muchos eslóganes se hicieron virales como “No es No” o “Sólo SÍ es SÍ”, ¡Hermana, yo sí te creo!, ¡Ni una más! ¡Ni una menos!… Y se hizo historia con las huelgas feministas y la asistencia masiva a las manifestaciones que se celebraron en todo el mundo.
COMENTARIOS