Es imposible definir en una palabra el arte de Frederik Heyman. La mejor manera en la que se pude describir el trabajo de este artista polifacético es como un acto de equilibrio que incorpora múltiples medios, incluidos videos, instalaciones y fotografías, a menudo en un entorno alterado digitalmente.
Para sus trabajos más comerciales, Frederik ha logrado desarrollar un estilo tan marcado, que a pesar de que debe responder a ciertos lineamientos que le son dados, su arte se mantiene puro. En cada imagen todos los elementos y acciones son diseñados cuidadosamente y definidas por adelantado. Teniendo como resaltando el poder de la imagen ante todo. Prueba de esto son todas las imágenes que ha trabajado junto a la productora y cantante nominada al premio Grammy ARCA.
Heyman se inició dentro del mundo de la moda y de las artes cuando se graduó de la Academia Real de las Artes de Antwerp tras haber culminado sus estudios de fotografía. Para ese momento tenía una visión bastante particular de la industria de la moda, pero que con el tiempo cambió; así lo admitió en una entrevista para The Word en 2012.
“Tengo una perspectiva diferente ahora, estoy mucho más interesado en el trabajo colaborativo. He encontrado maneras de mantener mi ego bajo control, no me sentía cómodo asumiendo compromisos, pero representa un reto hacer algo creativo y aún así complacer al cliente. Hay algo emocionante en ello y ahora que conozco mucho más de moda, tras haber tenido experiencia dentro del campo. La gente no me veía como un fotógrafo de moda y una parte de mi quería demostrarlo, usando mi propio vocabulario”.
En su trabajo, Heyman explora la memoria y la duración, usando fotogrametría y escaneo 3D para describir y representar el paso del tiempo. El utiliza el escaneo en 3D como una forma de mantener el pasado y permitiéndole así alargar el tiempo, incorporando reliquias en sus obras. Esto junto a los movimientos y la incorporación de textos le dan un elemento narrativo a sus obras.
Algo que caracteriza su trabajo es el hecho de que siempre hay lugar para las sorpresas, debido a que siempre hay algo que no se puede prever con antelación, que sin duda le da un valor agregado al trabajo.
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