Francia continúa su lucha contra ómicron, pero sin llegar a tomar decisiones drásticas. El primer ministro francés, Jean Castex, anunció este lunes la imposición del teletrabajo mínimo tres días a la semana desde el inicio del curso escolar, la inoculación de la tercera dosis a los 3 meses de haber recibido la última y la mascarilla en exteriores en algunas ciudades (la última decisión la tendrán las prefecturas), entre las nuevas medidas adoptadas para frenar el aumento de contagios. Simultáneamente, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley que convertirá el pasaporte sanitario en un pasaporte de vacunación, en un nuevo intento de presionar a la población no vacunada.
En una rueda de prensa conjunta con el ministro de Sanidad, Olivier Veran, para anunciar las nuevas medidas, Castex destacó la «tensa» situación sanitaria que vive el país, que el sábado superó por primera vez la barrera de los 100.000 contagios diarios desde el inicio de la pandemia.
Además, Castex anunció la limitación de aforo en interiores a 2.000 personas y a 5.000 en exteriores desde el lunes y hasta las siguientes tres semanas, y la prohibición de consumir alimentos y bebidas dentro del transporte público, cines y teatros. El consumo dentro de bares y restaurantes ya no podrá realizarse en barra.
Respecto al aislamiento de aquellos que hayan sido contacto estrecho de un positivo, afirmó que el periodo de aislamiento será modificado y anunciado a finales de esta semana.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que había convocado un Consejo de Salud de urgencia por videoconferencia para aprobar medidas de carácter inmediato, finalmente descartó imponer las restricciones más duras que pedían técnicos de Sanidad y algunas voces de la oposición.
Entre las restricciones que estaban sobre la mesa pero que finalmente se han descartado, están el toque de queda nacional para el 31 de diciembre y el retraso de la apertura escolar, fijada para el 3 de enero, que se mantiene invariable.
DE CERTIFICADO COVID A PASE DE VACUNACIÓN
El Consejo de Ministros se reunió en sesión extraordinaria para aprobar el proyecto de ley por el que el pase sanitario se transformará en una especie de pasaporte de vacunación, solo accesible para aquellos que cuenten con pauta vacunal completa. Hasta ahora, también valía una prueba negativa para obtener el certificado Covid.
El texto, que será debatido el miércoles en el Parlamento, entraría en vigor el 15 de enero de salir adelante. El ocio quedaría reservado exclusivamente a los franceses inoculados: será necesario el pase de vacunación para acceder a teatros, cines, así como otras «actividades de ocio, restauración, establecimientos de copas, ferias, seminarios o incluso transporte interregional», reza el proyecto.
Este nuevo pase de vacunación no ha quedado exento de polémica. En las últimas horas más de 500.000 franceses firmaron una petición en la página web LesLignesBougent.org contra esta medida por «atacar el Estado de derecho».
Así, el país galo, que registra en las últimas 24 horas 256 muertos por Covid, sigue la estela de otros vecinos europeos como Italia, Portugal o Grecia, que en las últimas semanas han escalado las restricciones para ‘blindar’ la Navidad y presionar a los no vacunados.
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