El analista del Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, lamentó hoy el cierre de operaciones logísticas de una transnacional bananera pese a beneficios tributarios que ofrece Honduras.
Y es que la empresa Chiquita Brands cerró su actividad logística en Honduras y desde hoy inicia sus operaciones en el vecino país de Guatemala.
La transnacional mantiene alrededor de 3,700 hectáreas de cultivos en la zona norte del país, cuyo producto ahora será trasladado por la vía terrestre hasta Puerto Barrios en Guatemala.
«Estas son noticias preocupantes porque a pesar de tener algún tipo de incentivos o algún tipo de estructura o normativas legales de beneficio tributario como son las exoneraciones, como son algún tipo de simplificación administrativa, pues las empresas se están yendo para los países vecinos, expuso.
Según el analista, esto debe llamar la atención del gobierno porque al final no se puede retener a las empresas extranjeras o nacionales que están hoy en el país y además, puede perjudicar en la atracción de nuevas inversiones.
«Creo que el gobierno debe ser más específico en cuáles serían las normativas que podrían beneficiar en cierta medida y sobre todo en estos momentos de pandemia para mantener las empresas», dijo.
Agregó que «necesitamos reglas claras, necesitamos una certeza de la protección de los capitales pero sobre todo debemos tener un Estado de Derecho para que el inversionista nacional y extranjero ya instalados pueda tener certidumbre de que no va a existir un peligro o riesgo en sus inversiones».
«No solo es la pandemia sino todo lo que se ha venido dando durante los últimos años que hay un mar de incertidumbre en cuáles son esas reglas claras, se viven cambiando y eso ha estimulado prácticamente la ingobernabilidad que vivimos, que al final estimula a las empresas a revisar sus cuentas y creo que también los beneficios que otorgan otros países con estabilidad económica mejor, hacen que se trasladen», señaló.
Efecto dominó.
Zepeda explicó que cuando se va una empresa de esta categoría deja dañada una parte del sector, es decir, a las otras fincas a las que hacían sus compras para exportar bajo su sello.
Lo anterior termina debilitando no sólo a las exportaciones sino al sistema productivo en este caso el banano, de acuerdo al analista.
«Y las repercusiones a los productores son nefastas, estamos hablando de pérdida de empleos, pérdida de ingresos, pérdida de la sostenibilidad de este rubro, porque es una empresa referente a nivel mundial», sostuvo.
En es sentido, calificó que «y eso es de preocupación porque hay un efecto dominó no sólo en los empleos e ingresos sino en la imagen de país porque este efecto se traslada hacia otras empresas que ven esas acciones como alguna luz para decir que si varias empresas se están yendo pues estimulan a hacer lo mismo».
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