Cuatro expresidentes latinoamericanos en conjunto con el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA) propusieron este lunes, aislar internacionalmente al mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, y suspender al país de la Organización de Estados Americanos (OEA) tras el proceso electoral realizado el domingo el el país latinoamericano.
Los expresidentes Fernando Henrique Cardoso, de Brasil; Laura Chinchilla, de Costa Rica; Ricardo Lagos, de Chile; Juan Manuel Santos, de Colombia, y el exvicepresidente de Costa Rica Kevin Casas firmaron una declaración junto a IDEA en la que solicitan a Estados Unidos, Canadá, Europa y los países latinoamericanos «denunciar con firmeza el carácter antidemocrático de este acto electoral y llamar a desconocer sus resultados».
Además de esto también piden «profundizar el aislamiento internacional del régimen, incluida la suspensión de Nicaragua de la OEA vía la aplicación del artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana».
La declaración hace un llamado a todos los gobiernos de la región para que «asuman la gravedad de estos hechos» y que la situación de Nicaragua sea colocada como tema prioritario en la próxima Asamblea General de la OEA, organizada por Guatemala de modo virtual entre el 10 y el 12 de noviembre
Daniel Ortega, en el poder desde 2007, fue reelegido con el 74,99 % de los votos en los comicios generales del domingo, proceso marcado por la ausencia de candidatos de la oposición, la mayoría encarcelados, y discrepancias sobre la participación.
El exguerrillero sandinista, que el jueves cumple 76 años de edad, buscaba su quinto mandato presidencial de cinco años y cuarto consecutivo, entre cuestionamientos a su legitimidad por los arrestos de siete aspirantes a la presidencia de la oposición, la eliminación de tres partidos políticos y la detención de periodistas, empresarios, dirigentes sociales y otras figuras de la oposición.
La declaración de los cuatro expresidentes latinoamericanos afirma que en Nicaragua «se aplicó rigurosamente el itinerario mediante el cual una democracia se convierte en autocracia» y que los comicios tuvieron lugar en «un contexto de fuerte represión, con todos los espacios de oposición democráticos cerrados, carente de las garantías básicas de integridad electoral y sin la presencia de observadores internacionales confiables».
«El resultado fue el esperado: la reelección ilegítima de Daniel Ortega para un cuarto mandato consecutivo y su intención de perpetuarse de manera indefinida en el poder».
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