El expresidente uruguayo José Pepe Mujica firmó una carta este lunes, junto a más de 140 intelectuales de izquierda de la región en contra de las recientes acciones del gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Es difícil saber si Daniel Ortega se enfermó por el poder o está enfermo por mantener el poder o ambas cosas, pero esto –ahora y a efectos prácticos no importa», señala el texto.
«Se ha transformado en un presidente autócrata y autoritario, aliado hasta hace poco, a las grandes fortunas (Consejo Superior de la Empresa Privada – Cosep- mediante) capaz de reprimir sin piedad a su pueblo junto al cual no supo, quiso o pudo, construir calidad de vida ni una institucionalidad democrática, transparente», detalló.
Según Mujica, el Frente Sandinista cayó en episodios de corrupción, abandono de principios, enriquecimiento ilícito, maniobras y acomodos junto con la peor derecha, destinados a amasar fortunas y a perpetuarse en el poder.
«Los derechos humanos no son una concesión graciosa de los Estados y sus gobiernos, son conquistas de los pueblos. Los Estados que los reconocen y plasman en distintos instrumentos jurídicos, tienen el deber de promoverlos y respetarlos», especifica el documento.
De la misma manera, dicha misiva recalca que es imposible quedarse callado ante los atropellos cometidos por la familia Ortega-Murillo en Nicaragua, a pesar de estos se promuevan como socialistas.
«No es digno ni decente defenderlos cuando por “razones políticas” nos conviene y callar cuando no. Tampoco es válido “justificar” su violación porque otros “los violan más”; ni la hipocresía de políticos, partidos y gobiernos propensos a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Una vez más con preocupación, con pena y con fuerza, nos solidarizamos con las víctimas y exigimos al gobierno de Nicaragua que cese la persecución y la represión, que libere a los presos políticos y respete el Estado de Derecho», concluye.
Cabe mencionar que la familia Ortega ha quedado sola a nivel internacional, luego que en los últimos días dos de sus más importantes aliados, México y Argentina , le dieran la espalda y solicitaron respeto para la oposición en la nación centroamericana.
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