Ya hemos hablado de como se están usando sustancias psicodélicas en un ámbito científico para tratar la salud mental y como estos estudios conllevan propuestas prometedoras para tratarlos. Sin embargo, esta vez nos enfocaremos en las experiencias y testimonios de las personas que han buscado de estas sustancias y explorar los motivos y los resultados que conllevan sus viajes.
La verdad es que la historia de los psicodélicos y su paso por la humanidad existen desde tiempos ancestrales. La mayoría de las sustancias se encuentran en la naturaleza, y parece ser que siempre han tenido una fuerte conexión con temas espirituales y religiosos. Para los chamanes servían como un puente entre el reino terrenal, el cual ocupamos ,y un reino espiritual, astral y divino. En los años 60 fue utilizados, en gran parte, por el movimiento hippie, el cual promovía el mensaje de unificación, amor y paz.
Cortesía: Kira (@kiracyan.design)
¿Qué se busca?
El conjunto de experiencias, de las que hablaremos más adelante. provienen de personas que han experimentado con estas sustancias por medio de retiros espirituales, en países donde no se consideran ilegales. La mayoría de estas personas han escuchado del potential terapéutico de las mismas y buscan un proceso de curación espiritual y físico; personas que se sienten incomprendidas o con la sensación de que algo no esta bien, un deseo de mejora o personas que desean explorar más a profundidad su mente y espíritu.
El Proceso
Las personas, en este caso, consumen hongos (popularmente conocidos como «hongos mágicos») que contienen psilocibina, siendo este el compuesto activo y la razón de las alucinaciones. Se encuentran en un ambiente controlado, y son conducidos por una persona que funciona de apoyo y guía espiritual.
Se adentran a este viaje de autodescubrimiento por las dimensiones de su cerebro y que tendra una duración de 6 horas mínimas. Estas sustancias logran que areas del cerebro que normalmente no se comunican compartan información y creen nuevas conexiones; Razón por la que surgen las alucinaciones y estados de sinestesia, una conexión de los sentidos sensoriales, entre otros procesos mentales más complejos. Es una experiencia sumamente individual y única, además que depende mucho del estado mental y espacio físico en el que se encuentra la persona.
Cortesía: Shazy (@shazdidthis)
El Resultado
Las personas describen sus viajes, como un proceso extenso, aveces dificil, en donde se encuentran con conflictos internos o incluso su propia muerte, pero una muerte del ego, una descontrucción de su ser, como un nuevo despertar o renacer. También comparten sentimientos de ser aceptados, un incremento en el amor por la vida y el mundo, sensaciones de humildad. Logran ver patrones de todo tipo y colores, patrones en la naturaleza, patrones en sus vidas, algunos bellos otros terrorificos.
No es una poción mágica, no es como que al terminar este proceso todos los problemas que deseaban afrontar o resolver dejaron de existir. Al contrario la mayoria tiene inluso más dudas que al inicio, pero es ahí donde entra el juego la integración de la información; que es igual de importante que la experiencia psicodélica en si y es lo que hace que exista una diferencia terapeutica.
Las personas obtienen un nuevo punto de vista de su vida, comprenden que para cambiar y mejoras se debe de trabajar. Les ha enseñado a como ser más felices a superar algunos miedos y comprenderlos, a encontrar balance en sus vidas. Logran notar patrones de conductas poco saludables y poder cambiarlos. «Es un proceso bueno, pero no facíl».
Cortesía: Kira (@kiracyan.design)
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