«Pegar un plátano con cinta adhesiva a la pared no era suficiente, por lo que el mundo del arte tuvo que hacer algo aún más estúpido con la comida.» Así es como empieza un articulo de Sarah Rose Sharp para hyperallergic en donde habla de todos los eventos y cosas a las cuales «los ricos prefieren arrojar dinero en lugar de la equidad, la justicia, el medio ambiente o la humanidad».
Sus palabras surgieron al darse cuenta de lo que el Art Basel en Miami Beach tenia en mente para este año. Ya que el ultimo día del evento cerrará con una exposición organizada por Cheetos y protagonizada por Lefty Out There: «The Art of the Cheetle». En donde el artista con reconocimiento internacional presenta arte hecho del polvo naranja, conocido formalmente como Cheetle.
.@leftyoutthere mastering the #ArtoftheCheetle ????????
Rock The Bells: Yacht The Basel presented by @ChesterCheetah is going down on 12.4! Join us for an epic experience with art and music by @justblaze @djmillie @KAASHMYCHECKS and more.
RSVP ???? https://t.co/4Cz8HKWPs5 pic.twitter.com/Z648m1OAXi
— Rock The Bells (@RockTheBells) November 23, 2021
Cheetos, y los colaboradores del evento lo promocionaron como «uno de los eventos más esperados en Art Basel 2021 en el Mega Yacht Seafair». Pero los hechos son los siguientes: Twitter se burló de inmediato del absurdo proyecto, comparándolo con el plátano pegado con cinta adhesiva de 2019, que terminó vendiéndose por $120,000.
Y honestamente como llegamos a esto, como llegamos a que una empresa de churros gastara millones en un evento INECESARIO. Cuando su principal objetivo debería ser reducir todo el daño que han causado con las emisiones de gases del efecto invernadero; reducirlo a la mitad no es suficiente. Además porque la necesidad de seguir haciendo arte con comida, sobre todo en un planeta donde aumenta la escasez alimentaria. Y sumando que Frito-Lay es una división de PepsiCo, empresas que sigue contribuyendo al uso de plásticos de un solo uso.
Sarah Sharp terminó su articulo diciendo «Lejos de mí decirle a alguien qué hacer con su tiempo en la vida, o con su riqueza excesiva y mal habida…». Pero es imposible quedarse callado ante la brecha gigantesca de desigualdad en el planeta y mucho menos celebrar esta anarquía de excesos.
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