Para el ex ministro de Salud, Carlos Aguilar, el sacerdote Rolando Peña, actuó de manera abusiva y manipuladora al prohibirle a su feligresía el uso de la mascarilla.
El cura párroco de Corquín, Copán, Rolando Peña, de manera imprudente pidió ayer a la feligresía que participaba en una procesión del Domingo de Ramos, quitarse la mascarilla e incluso despojó de la misma a una dama.
“Yo miro toda esta babosada (la mascarilla), dijo a una humilde mujer. Posteriormente él mismo se la quitó de su rostro y expresó “a la mierda”, tirándola a la calle.
En ese sentido, el neumólogo dijo que “para mí es imposible dejar de sentir indignación al ver esta actitud abusiva y manipuladora de este sacerdote, líder de la Iglesia, desde su posición de poder”.
“En el video se observa que casi el 95% de los presentes son mujeres y siempre ha sido así. Por supuesto, sé que esta no es una posición oficial de la Iglesia Católica. Pero si, es condenable la actitud de esta persona”, subrayó.
Aguilar señaló que “no podemos evitar referirnos a ese enorme daño que le está provocando esta persona a la sociedad con este mensaje cargado de abuso que provocará estoy seguro que muchas personas se enfermen”.
Incluso, ese sacerdote “utiliza palabras soeces, mientras habla de cultura y religión, Definitivamente este es el típico sacerdote del siglo XVIII, lo que es absolutamente condenable”, señaló.
“Hay que recordar que muchos pastores y sacerdotes han muerto de COVID-19. Esto no es un tema del porqué soy religioso no me voy a enfermar o morir”, comentó el galeno quien labora en el Instituto Nacional Cardiopulmonar (hospital El Tórax).
Hizo un llamado a la población en el sentido que “la fe es una decisión absolutamente personal, pero debemos mantener esas medidas de bioseguridad. No nos dejemos engañar por estos falsos líderes que lo que producen es un enorme daño, en este caso a la salud del pueblo hondureño”.
“Desconozco si el Código Sanitario y las leyes del país castigan a este tipo de personas cuando salen promoviendo públicamente el desacato a una medida sanitaria”, señaló.
“El problema es que ese grupo de feligreses va a enfermar a sus hijos, padres, madres y abuelos. Es ahí en donde se producen los grandes brotes de contagios”, concluyó el experto.
COMENTARIOS