Israel llevó a cabo el miércoles una serie de ataques aéreos contra emplazamientos de milicianos en la Franja de Gaza, el primer incidente de este tipo desde que un inestable cese de hostilidades puso fin a la guerra contra Hamas el mes pasado.
Los ataques aéreos tuvieron como objetivo instalaciones utilizadas por milicianos de Hamas para sus reuniones para planear ataques, señaló el ejército de Israel, que culpó al grupo de cualquier acto de violencia que emane de Gaza. De momento no se reportaron víctimas.
El martes, centenares de ultranacionalistas israelíes, algunos de ellos al grito de “Muerte a los árabes”, marcharon por Jerusalén oriental en una demostración de fuerza que amenazó con desencadenar una nueva oleada de violencia. Los palestinos en Gaza respondieron lanzando globos incendiarios que provocaron al menos 10 incendios en el sur de Israel.
La marcha representó una prueba para el frágil nuevo gobierno de Israel y para la delicada tregua que puso fin a una guerra de 11 días con los milicianos de Hamas, que gobiernan la Franja de Gaza.
Los palestinos consideran como una provocación la marcha, que celebra la captura de Jerusalén oriental por parte de Israel en 1967. Hamas pidió a los palestinos que “resistan” la marcha, una versión de la que contribuyó al inicio del conflicto armado del mes pasado en Gaza.
Con música a todo volumen, los nacionalistas judíos marcharon frente a la Puerta de Damasco. La mayoría de los participantes parecían ser hombres jóvenes y muchos ondeaban banderas israelíes, mientras bailaban y coreaban canciones religiosas.
En cierto momento, varias decenas de jóvenes, saltando y agitando las manos en el aire, corearon: “¡Muerte a los árabes!”. En otro lema antiárabe, gritaron: “Que se queme tu aldea”.
La multitud, aunque bulliciosa, parecía ser mucho más pequeña que la de la marcha del mes pasado.
Antes del desfile, la policía israelí despejó el área frente a la Puerta de Damasco, cerró los caminos al tráfico, ordenó el cierre de tiendas y expulsó a jóvenes manifestantes palestinos. La policía arrestó a 17 personas bajo sospecha de participar en actos de violencia, algunos de los cuales arrojaron piedras y atacaron a los agentes, y dos elementos requirieron de asistencia médica. Los palestinos informaron que cinco personas resultaron lesionadas en los enfrentamientos con la policía.
El estreno de Bennett
La manifestación supuso un desafío inicial para el nuevo primer ministro de Israel, Naftali Bennett, un nacionalista israelí de línea dura que ha prometido un enfoque pragmático mientras preside un gobierno de coalición diverso y frágil.
A pesar de la preocupación de que el desfile aumentara las tensiones, cancelarlo habría expuesto a Bennett y a otros miembros de derecha en la coalición a fuertes críticas de algunos sectores que interpretan la marcha como una capitulación ante Hamas. La coalición prestó juramento el domingo e incluye a partidos de todo el espectro político, incluido un pequeño partido árabe.
Mansour Abbas, cuyo partido Raam es la primera facción árabe en unirse a una coalición de gobierno, dijo que la marcha fue “un intento de incendiar la región con fines políticos”, con el objetivo de socavar al nuevo gobierno.
En otros años, la marcha cruzaba la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja antes de adentrarse en el corazón del Barrio Musulmán, un abarrotado barrio palestino de calles estrechas y callejones.
Sin embargo, la policía cambió la ruta el martes para que rodeara las antiguas murallas de la Ciudad Vieja y luego entrara por la Puerta de Jaffa, una vía principal para los turistas, antes de encaminarse al Barrio Judío y al Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo, vestigio del Templo de Jerusalén.
La Puerta de Damasco es un punto focal de la vida palestina en Jerusalén oriental. Los manifestantes palestinos se enfrentaron allí repetidamente con la policía israelí por las restricciones a las reuniones públicas durante el mes sagrado musulmán del ramadán en abril y mayo.
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