Las autoridades del estado confirmaron que un grupo de estudiantes universitarios estaban apostando para ver quién contraía el COVID-19 primero. La gobernadora de Alabama, Kay Ivy, tuvo que extender las órdenes de confinamiento debido al preocupante aumento de casos que se extiende por todo el país.
Las autoridades de Alabama están horrorizadas tras encontrar que un grupo de jóvenes universitarios en Tuscaloosa, hogar de la Universidad de Alabama y una de las ciudades más grandes del estado, estaba organizando competencias para ver quién se infectaba con coronavirus primero. Las llamadas “fiestas COVID” convocaban a personan que ya tienen el virus con el fin de infectar a otros asistentes. El primero en resultar infectado tras la fiesta recibía un pago, según informaron los medios locales.
“Al principio pensamos que era un tipo de rumores. Investigamos un poco y ahora no solo lo confirman los consultorios médicos, sino que el estado confirmó que también tenían la misma información”. Dijo Sonya McKinstry, miembro del Consejo de Tuscaloosa en Alabama.
McKinstry entregó más detalles sobre cómo se desarrollaba este “juego mórbido”. Según la concejal, los asistentes ponían dinero en una olla y luego este era entregado al primer miembro de las fiestas que contrajera el virus. La ciudad de Tuscaloosa es una de las que registra mayor número de casos positivos por COVID-19 en Alabama con 1.559 contagios confirmados hasta el 2 de julio.
El estado de Alabama, con cerca de 40.000 contagios hasta ahora, presenta un alarmante incremento de positivos por COVID-19 desde mayo, lo que ha obligado al gobierno local a fortalecer las medidas para impedir una emergencia aún mayor. El Conejo Municipal de Tuscaloosa votó por unanimidad la adopción de una ordenanza que requiere el uso de mascaras faciales en lugares públicos de la ciudad.
El uso de las máscaras faciales ha sido un escenario de disputa política e ideológica en el país. El presidente Donald Trump y sus más fieles seguidores de la base republicana condenaron el porte de tapabocas porque según decían iba en contra de “la libertad” de la nación. Sin embargo, ante el preocupante aumento de casos en Estados Unidos, tanto Trump como sus aliados han tenido que cambiar abruptamente su discurso, e incentivar el uso de estos elementos para evitar la propagación del virus a un ritmo más acelerado.
“Estoy a favor de las máscaras. Creo que son buenas… me hacen ver como el Llanero Solitario”, dijo el presidente el miércoles.
El Dr. Scott Harris, oficial de salud del estado de Alabama, también les pidió a los ciudadanos que usaran las protecciones necesarias para contribuir a que la crisis no se profundice.
“Sabemos que las máscaras faciales no son perfectas y no detienen todo. Pero sí limitan la transmisión”, dijo Harris.
La gobernadora Ivy, por su parte, declaró que la responsabilidad personal también significa “responsabilidad de todos”, y si las personas continúan yendo en la dirección equivocada, los hospitales no podrán manejar la atención a los pacientes porque la capacidad se está viendo desbordada.
El Dr. Anthony Fauci, epidemiólogo y miembro esencial del equipo de respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, comunicó a principios de esta semana que la pesadilla para el país no ha terminado, y que pronto podrían comenzar a registrarse más de 100.000 casos positivos por COVID-19 al día en el país. Una cifra aterradora, considerando que Estados Unidos ya reporta más de 50.000 casos al día, que las salas de los hospitales ya están al 99% de su capacidad y que la pandemia ya ha dejado más de 130.000 muertos solo en la nación.
COMENTARIOS