Tegucigalpa, El expresidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Federico Álvarez, manifestó que el sistema financiero está un tanto reservado porque no se sabe el comportamiento de las empresas en el país.
El COVID-19 y las tormentas tropicales Eta e Iota provocaron una seria caída económica durante el 2020, lo que se tradujo en cierre de empresas y pérdida de empleos.
“El sistema financiero de Honduras ha sido muy sólido y sano, hay una regulación que hace que la banca internacional se mantenga dentro de parámetros de la solidez y de la liquidez adecuada y Honduras lo ha venido siguiendo”, manifestó.
“En este momento, dada la pandemia y las tormentas Eta e Iota, lo que estamos viendo es un crecimiento de los depósitos, pero un decrecimiento de los préstamos, eso es indicativo de que la banca tiene temor de cuál es el futuro inmediato”, mencionó.
Expresó que “el temor que tiene es porque no se sabe cuáles son las empresas que van a poder subsistir y cuáles no”.
Pérdidas
Álvarez mencionó que la que más ha sufrido es la pequeña y la mediana empresa, sector que mueve la economía nacional.
“Se habla de que casi el 46 por ciento de la micro y pequeña empresa cerró de una manera definitiva en Honduras y todo eso va a impactar en la banca y también impacta todo el impago que hay y la mora creciente por tarjetas de crédito”, dijo.
En ese sentido, consideró que “lo que yo reconcomiendo es que la Banca Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) no deje de exigir la normativa prudencial, que no deje de exigir reservas, una ponderación adecuada de cartera y una capitalización adecuada. El sistema financiero hay que cuidarlo para que no sea un factor más de riesgo para el país”.
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