El Salvador defiende a Estados Unidos y niega que estén llegando deportados con COVID-19

El Salvador defiende a Estados Unidos y niega que estén llegando deportados con COVID-19

Un nuevo grupo de migrantes salvadoreños deportados por Estados Unidos llegó al aeropuerto internacional Óscar Arnulfo Romero en la mañana del martes 21 de abril. A las 11:00 a.m., 30 deportados se bajaron de un avión comercial y fueron conducidos hacia la zona 1 del aeropuerto, a la sección de mantenimiento de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), un área usualmente accesible a los medios de comunicación, pero restringida desde la cuarentena decretada para prevenir contagios por el Covid-19. “Si ustedes son de ellos, de comunicaciones de la Presidencia sí, pero de otro medio no se puede”, dijo a El Faro un vigilante que custodia el portón de ingreso. Según el Gobierno salvadoreño, esos 30 deportados no están contagiados de COVID-19.

El arribo de este grupo es una confirmación más de que la cuarentena decretada por el Gobierno de El Salvador no logra frenar las deportaciones de migrantes ordenadas por Estados Unidos, país que se ha convertido en el epicentro de la pandemia del nuevo coronavirus con más de 823.786 casos positivos y 44.845 muertes. La cifra más alta hasta el momento. A diferencia de Guatemala, que decretó hace una semana la suspensión de vuelos debido a la confirmación de casos positivos en un vuelo de deportados que llegó a ese país, proveniente de Texas, el  lunes 13, el gobierno salvadoreño no solo permite su arribo, sino que asegura que migración estadounidense no envía salvadoreños contagiados con el nuevo coronavirus. En Estados Unidos, organismos de derechos humanos han denunciado que las autoridades migratorias no brindan atención médica a los migrantes. El periódico Washington Post también reveló que Estados Unidos deporta migrantes con COVID-19 a México y Centroamérica. El Salvador, en cambio, asegura que los migrantes salvadoreños que han presentado síntomas bajo custodia de autoridades estadounidenses incluso reciben atención médica en suelo estadounidense.

En un mes, entre el 16 de marzo y el 17 de abril, El Salvador ha recibido a 1,500 migrantes, según confirmó una fuente de la Dirección de Migración y Extranjería a El Faro en la mañana del 21 de abril. Ricardo Cucalón, director de la entidad gubernamental, confirmó esta cifra en su cuenta de Twitter horas más tarde. Entre los retornados, según la Procuraduría General de la República (PGR), el país ha recibido a 46 niños, niñas y adolescentes que viajaron como migrantes no acompañados. El estado de salud de todos esos salvadoreños es, a la fecha, una información que solo la maneja el Gobierno.

El martes 21 de abril, a las 4:00 de la tarde, El Faro consultó a la oficina de prensa de la Dirección de Migración información sobre el estado de Salud de los retornados. Astrid Ávalos, encargada de la unidad de comunicaciones, respondió que “en este momento no hay información para divulgar con medios sobre los compatriotas retornados”. El Faro intentó obtener una reacción de la Presidencia de la República a través del secretario de Prensa Ernesto Sanabria, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

Horas más tarde, en un video difundido en las redes oficiales, la entidad gubernamental aseguró que ICE “no envía casos positivos de Covid-19 en vuelos federales de salvadoreños retornados”. Migración sostiene que la oficina de inmigración estadounidense realiza “una serie de exámenes médicos” relacionados para detectar la enfermedad antes de ser deportados. Según el Gobierno salvadoreño, al detectar casos positivos, “los individuos son enviados para ser atendidos por un proveedor de salud” en suelo estadounidense.

El viernes 17 de abril, el ministro de Salud de El Salvador, Francisco Alabí,  declaró en una conferencia de prensa que los deportados “son un grupo de riesgo” porque proceden de un país que “donde circula activamente el virus”. Consultado sobre posibles casos de contagio entre los retornados salvadoreños, el ministro se limitó a responder que “Probablemente sea un grupo que en su momento se verá afectado”, dijo.

A diferencia del gobierno salvadoreño, ese mismo viernes Guatemala bloqueó el arribo de los vuelos provenientes de Estados Unidos hasta que ese país garantice que no está deportando pacientes con COVID-19 hacia Guatemala. Fue la respuesta oficial del Gobierno luego de una semana en la que el número de deportados contagiados puso en contradicciones a las autoridades guatemaltecas. El viernes 17, el presidente Giammattei hablaba de 12 casos confirmados en un vuelo proveniente de Texas.  El domingo 20, confirmó 50 casos positivos entre los deportados. Según el presidente Giammattei, los vuelos de deportados se reanudarán “(…) hasta que (Estados Unidos) nos dé la certeza de que esas personas van a venir con un certificado, que nos demuestre que están libres del coronavirus, quedan en suspenso los vuelos de deportados”, dijo el presidente en una cadena nacional el viernes 17 de abril.

Mientras tanto El Salvador recibirá el jueves 23 de abril un nuevo vuelo con 41 personas, entre mujeres embarazadas y niños que se encontraban en Tapachula, México, según informó Alexandra Hill, ministra de Relaciones Exteriores en una conferencia de prensa realizada el 22 de abril.

Hasta la fecha, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) informa que  hay 287 casos confirmados de COVID-19 de personas que están bajo custodia de la entidad en Estados Unidos. Hasta el martes 21 de abril, ICE asegura haber realizado la prueba del COVID-19 a 425 inmigrantes de los 32,000 que se encuentran detenidos. ICE también informa que hay 32 empleados infectados que trabajan diferentes centros de detención. De acuerdo a Washintong Post, la oficina de inmigración no realiza prueba de coronavirus a los deportados. Únicamente les toma la temperatura. 

El Faro consultó a la entidad sobre las nacionalidades de los contagiados, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta. Este periódico también consultó a la embajada de Estados Unidos en El Salvador, pero la entidad pidió que se enviaran las preguntas a ICE.

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