BRUSELAS.- Por primera vez en al historia de Bélgica , un rey en activo lamentó hoy la violencia perpetrada por la antigua potencia colonial cuando gobernó lo que ahora es República Democrática del Congo.
En una carta al presidente de la nación africana, Felix Tshisekedi, publicada en el 60mo aniversario de su independencia, Felipe de Bélgica expresó su «profundo pesar» por los «actos de violencia y crueldad» y el «sufrimiento y humillación» causados en el Congo belga.
«Para fortalecer aún más nuestra relación y desarrollar una amistad aún más fructífera, debemos ser capaces de hablar entre nosotros sobre nuestra larga historia en común con toda franqueza y serenidad», escribió Felipe.
La carta del monarca se envió coincidiendo con las crecientes demandas de que Bélgica revise su pasado colonial. Tras las protestas contra la desigualdad racial provocadas por la muerte de George Floyd en Estados Unidos , varios monumentos al rey Leopoldo II, a quien se culpa de la muerte de millones de africanos durante su gobierno colonial, fueron atacadas y se presentó una petición para retirar todas sus estatuas.
Se espera que más tarde en el día se retire un busto de Leopoldo II en la ciudad de Gent tras la decisión de las autoridades locales. Antes este mes, responsables regionales prometieron también reformas en el curso de la historia para explicar mejor el verdadero carácter del colonialismo.
«Nuestra historia está hecha de logros comunes, pero también ha conocido episodios dolorosos. En la época del estado independiente del Congo se cometieron actos de violencia y crueldad que siguen pesando en nuestra memoria colectiva», escribió Felipe, refiriéndose al periodo en el que el país fue gobernado en privado por Leopoldo II, de 1885 a 1908.
«El periodo colonial que siguió también ha causado sufrimiento y humillación», reconoció el monarca.
Leopoldo gobernó Congo como un feudo , forzando a gran parte de su población a la esclavitud para extraer recursos para su beneficio personal. El inicio de su mandato en 1885 fue famoso por su brutalidad, que algunos expertos dicen que causó hasta 10 millones de muertos .
Cuando su propiedad sobre Congo terminó en 1908, entregó el país centroafricano al estado belga, que siguió gobernando una zona 75 veces su tamaño hasta que se independizó en 1960.
«Quiero expresar mi más profundo pesar por estas heridas del pasado, cuyo dolor hoy se revive con la discriminación que está demasiado presente en nuestras sociedades», escribió el rey, insistiendo en que está decido a seguir «combatiendo todas las formas de racismo».
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