El número de personas contagiadas en el mundo con el nuevo coronavirus se sitúa ya en 13.103.290 y continúa batiendo récords de infectados diarios, según datos de la universidad estadounidense Johns Hopkins, que cifra el número de víctimas mortales en 573.042.
El país más afectado por la pandemia de COVID-19 es Estados Unidos con 3,3 millones de contagiados y más de 135.000 muertos, seguido de Brasil con 1,8 millones de infectados y 72.833 fallecidos.
Según estos datos, la India ha escalado al tercer puesto en número de contagios con 906.752 y se sitúa en el octavo por número de fallecidos, con 23.727.
Sin duda el foco principal de la COVID-19 continúa en el continente americano, ya que, además de Estados Unidos y Brasil, entre los diez países con mayor número de casos figuran Perú, con 330.123 (quinto puesto); Chile, con 317.657 (sexto)y México, que ya es séptimo con 304.435.
El total de personas recuperadas en el mundo de esta enfermedad asciende a 7,2 millones, siendo Brasil el país donde más ciudadanos se han repuesto con 1,2 millones, seguido por Estados Unidos con algo más de un millón, según la Johns Hopkins.
“Hay una hoja de ruta para una situación en la que podemos controlar la enfermedad y seguir con nuestras vidas”, manifestó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, durante una conferencia de prensa en Ginebra.
“Necesitamos llegar a una situación sostenible en la que tengamos un control adecuado de este virus sin cerrar nuestras vidas por completo o sin estar de un confinamiento a otro”, remarcó.
Para lograr esa nueva normalidad, Tedros indicó que serán necesarios tres factores: reducir la mortalidad y suprimir la transmisión; una “comunidad empoderada y comprometida” que tome medidas individuales para proteger a toda la comunidad; y un fuerte liderazgo y comunicación del gobierno.
Por su parte, si bien sostuvo que todo el mundo está a la espera de una vacuna contra la COVID-19, Tedros instó a la comunidad internacional a utilizar las herramientas que están disponibles en este momento para contener la propagación del virus y salvar la mayor cantidad de vidas posibles.
“El virus sigue siendo el enemigo público número uno, pese a que las acciones de muchos gobiernos y personas no lo reflejan”. En su opinión, “muchos países van en la mala dirección”: “Los mensajes contradictorios de los dirigentes minan el ingrediente esencial de cualquier respuesta: la confianza”.
Con información de EFE
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