Delfraissy, quien dirige el consejo científico que asesora al gobierno francés, dijo que tanto el consejo como él estaban «convencidos de que Francia no debería volver a un confinamiento».
Sin embargo, también dijo que los confinamientos locales “no se pueden descartar por completo” y que se podrían imponer restricciones más fuertes en las regiones que muestran tasas de infección más altas.
Casos en aumento: el virus “nuevamente ha comenzado a circular significativamente” en las últimas semanas, lo que ha provocado situaciones “preocupantes” en algunas regiones, explicó Delfraissy.
Agregó que las decisiones “difíciles” a tomar por el gobierno no solo vendrían determinadas por razones sanitarias, sino también por factores económicos y sociales.
Deberían tomarse decisiones rápidamente para frenar la epidemia, dijo, ya que cualquier decisión tomaría “alrededor de tres semanas” para tener impactos visibles.
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