El epidemiólogo Anthony Fauci, hombre clave en el grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca, ha alertado este martes en el Senado de que una apertura prematura de Estados Unidos puede provocar “brotes” del virus con “graves consecuencias” para el país, que ya ha superado los 80.000 fallecidos por la pandemia. Fauci, que ha comparecido a través de una videoconferencia, pues se encuentra él mismo en aislamiento preventivo, se ha pronunciado en un momento de creciente presión para acelerar la vuelta a la normalidad debido a la grave crisis económica desatada por el confinamiento, una presión que procede del propio presidente Donald Trump, pese a que la mayor parte del país no ha logrado contener la escalada de contagios. “La pandemia —ha recalcado el científico— no está totoalmente bajo control”.
La estrategia de desescalada y de contención del virus se ha zambullido ya por completo en el pantano electoral en Estados Unidos y ha convertido la comunicación de este proceso por parte de las autoridades en una ceremonia de confusión. Los estadounidenses llevan meses escuchando mensajes contradictorios: el mismo presidente que aprueba unas directrices sobre cómo decidir la suavización de las medidas de confinamiento, es el que acto seguido pide que se acelere la reactivación sin atender a los números.
Mientras, las agencias federales y los científicos de la Administración, que hasta el momento han logrado imponer sus criterios, parecen hablar desde otra galaxia. En ella destaca la figura de Fauci, de 79 años, que lleva más de tres décadas al frente del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas y ha trabajado con seis Gobiernos distintos, demócratas y republicanos. En medio de la tensión y las extravagancias habituales de la Casa Blanca, corrige, matiza y se distancia de Trump con la mano izquierda de quien lleva toda una vida con un pie en los laboratorios y otro en los despachos de Washington.
Este martes ha lanzado un mensaje cristalino. “Si algunas áreas, ciudades o Estados saltan sobre los diferentes controles de seguridad sin la capacidad de responder, mi preocupación es que vamos a empezar a ver pequeños repuntes [de contagios] que se volverán entonces brotes”, ha advertido el científico respecto a algunos territorios que han comenzado a suavizar las restricciones y entrar en la llamada fase 1 sin haber domado aún la expansión de la covid-19. “Las consecuencias podrían ser muy graves”, ha insistido, si no hay una capacidad de respuesta adecuada.
Una treintena de Estados ha empezado a suavizar sus medidas de confinamiento en Estados Unidos cuando muchos de ellos —los conservadores Alabama, Kentucky, o Mississippi, entre otros— incumplen los objetivos de freno de los contagios, la capacidad de realizar pruebas y, sobre todo, una reducción de casos seguida durante al menos 14 días. Este lunes, sin embargo, Trump acusó a los gobernadores demócratas de demorar el proceso de reactivación económica en sus propios Estados, como es el caso de Pensilvania o Nueva York, para perjudicarle políticamente de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
Fauci ha comparecido junto al director de la agencia del Medicamente (FDA, en sus siglas en inglés), Stephen Hahn; el director del Centro de Control y Prevención de Enfermedades, Robert Redfield, y el vice secretario del Departamento de Salud Brett Giroir, responsable de las pruebas del coronavirus.
Frente al mensaje de victoria del presidente, que el lunes declaró “hemos llegado al momento y hemos prevalecido”, los expertos han advertido de lo contrario a los senadores. “Es importante enfatizar que no hemos salido del problema todavía”, ha recalcado Redfied, y ha destacado que “sigue siendo imperativo estar vigilantes con las medidas de aislamiento”.
Lo ha hecho en una sesión extraordinaria, como todo lo que ha tocado este virus letal. Los científicos han comparecido por videconferencias desde sus casas o despachos, al igual que otros senadores, como Elizabeth Warren, de Massachusetts, o Bernie Sanders, de Vermont. Los propios casos de contagios que han surgido recientemente dentro de la Casa Blanca reflejan que la pandemia está aún lejos de la fase de control. Nueva York, zona cero de la pandemia en Estados Unidos, ha logrado reducir el ritmo de hospitalizaciones y fallecimiento, pero esa no es la foto del resto del país.
Fauci se ha mostrado “prudentemente optimista” respecto a la investigación de una vacuna, explicó que existen en estos momentos “al menos ocho candidatos de vacuna para la covid-19 en desarrollo clínico”, y que podría haber algo parecido a un “un ganador” para finales de otoño o principios del invierno. Sin embargo, eso no significa que una vacuna efectiva esté disponible para el gran público entonces y, por lo tanto, para el inicio del curso escolar. El epidemiólogo destacó que tampoco habrá un tratamiento efectivo.
Sobre los niños, reclamó “prudencia” y advirtió que no se les puede considerar inmunes a los efectos más letales de la enfermedad. De hecho, el fallecimiento de tres menores en el Estado de Nueva York a causa de lo que los médicos creen que es una complicación de la infección del coronavirus ha despertado preocupación entre las autoridades.
El contraste entre los mensajes de los científicos de la Administración y el comandante en jefe del Gobierno, Donald Trump, quedó patente en más momentos de la comparecencia. El pasado viernes, Trump afirmó con ligereza que, según su “impresión”, el virus “va a desaparecer sin vacuna”, aunque hubiese algún “rebrote” en otoño. “Eso no va a pasar”, subrayó Fauci, “este es un virus muy contagioso”.
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