Fueron las caras de grandes producciones humorísticas de Hollywood y de Disney, en donde cada tarde los niños se ponián a verlos para reírse por las travesuras que hacían. Se trata de Dylan y Cole Sprouse, los gemelos que pasaron por Zack y Cody, Friends, Un Papá Genial, entre otros, y revelaron que los ahorros de su infancia fueron derrochados totalmente por su madre.
Se iniciaron en el mundo de Hollywood al debutar en Un Papá Genial junto a Adam Sandler en 1999, en donde ambos interpretaron al hijo adoptivo del comediante. Más tarde, hicieron el mismo papel en 2001, aunque Ross Geller de Friends era su padre. Ahora bien, el verdadero paso al estrellato lo dieron en la serie de Disney Channel, Zack y Cody: Gemelos en Acción y su secuela en la versión de Gemelos a Bordo.
Por estas actuaciones y otras producciones, los hermanos Sprouse eran el dúo más tenido en cuenta para estas interpretaciones, aunque todo su dinero de esta etapa no tuvo buenos fines. Según aseguraron en su podcast, Call Her Daddy, su madre lo gastó en adicciones y drogas.
“Mi madre era maravillosa y muy artística, pero era la persona más irresponsable que te puedas imaginar con el dinero. Creo que era la consecuencia de algún tipo de mezcla de adicción e inestabilidad mental, y probablemente esa sea la mayor herida de mi vida”, manifestaron en el programa semana que Alex Cooper lanza en Spotify.
De ganar miles de dólares en Hollywood a tener que empezar de nuevo
Tanto Dylan como Cole eran los encargados de mantener a sus padres. “Mi madre nos puso a actuar con solo ocho meses porque necesitábamos dinero”, comentaron los nacidos en Italia antes de llegar a Hollywood y agregaron: “Habíamos perdido todo”.
El pésimo manejo de las ganancias por parte de Melanie Wright llevó a que el padre de los menores, Matthew Sprouse, inició una batalla legal en la que terminó triunfando para quedarse con la custodia y que sus hijos vivieron una “infancia normal”.
No obstante, Cole recuerda esos años de trabajo de buena manera: “Estábamos bien. Nos dio estabilidad, consistencia y una rutina, algo que mi hermano y yo realmente necesitábamos en ese momento”.
Asimismo, no mostró arrepentimiento: “Mis padres no tenían demasiado, y ahora yo tengo una vida financiera estable. Es el resultado de trabajar 30 años e intercambiarlo por mi infancia, pero no me arrepiento. Si me dieran a elegir, probablemente lo haría de nuevo”.
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