La pandemia del coronavirus emergió en el mundo en 2019 cuando aún la humanidad no había podido controlar otra pandemia que empezó en 1981 por el virus de la inmunodeficiencia humana, el VIH. En 2020 murieron 680.000 personas por enfermedades asociadas al VIH. Ahora, hay científicos que sospechan que la convergencia de las dos pandemias puede estar aumentando el riesgo de la aparición de variantes de preocupación del coronavirus.
En esa dirección, se descubrió que una mujer sudafricana que sufría de VIH tratado inadecuadamente albergó el coronavirus durante nueve meses. Se observó que el virus respiratorio desarrolló al menos 21 mutaciones mientras estaba en su cuerpo.
Una vez que la joven de 22 años se adhirió a la medicación antirretroviral, que se indica para tratar el VIH, el sistema inmunológico se fortaleció. Y la mujer pudo superar la infección por COVID-19 en un período de seis a nueve semanas, según el estudio que aún espera revisión de pares. El estudio fue dirigido por científicos de la Universidad de Stellenbosch y la Universidad de KwaZulu-Natal.
El trabajo se suma a la evidencia de que el COVID-19 puede mutar rápidamente cuando lo albergan personas inmunodeprimidas, como las que no toman medicamentos para tratar el VIH, y esto puede conducir al desarrollo de nuevas variantes. La variante Beta, con la que estaba infectado el paciente del estudio, fue descubierta en Sudáfrica al igual que Ómicron, la variante que está en 171 países ahora.
La variante Beta se detectó en el área metropolitana de Nelson Mandela Bay de la provincia de Eastern Cape en Sudáfrica en octubre de 2020 y fue reportada por el departamento de salud del país el 18 de diciembre de 2020. Ese mismo día la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incluyó dentro de su lista de variantes preocupantes.
Con respecto al caso de la mujer de 22 años, los científicos dijeron: “Este caso, como otros anteriores, describe un camino potencial para la aparición de variantes. Nuestra experiencia refuerza los informes anteriores de que el tratamiento antirretroviral eficaz es la clave para controlar tales eventos”.
Sudáfrica tiene la mayor epidemia de VIH del mundo con 8,2 millones de sus 60 millones de habitantes infectados con el virus, que debilita el sistema inmunológico. El coronavirus albergado por la paciente de 22 años desarrolló al menos 10 mutaciones en la proteína Espiga, que le permite unirse a las células, y otras 11 mutaciones. Algunos de los cambios eran comunes a los observados en las variantes Ómicron y Lambda, mientras que otros coincidían con mutaciones que permiten que el virus evada los anticuerpos.
Con la hipótesis de la convergencia de las dos pandemias y su impacto sobre la aparición de variantes del coronavirus, un grupo de expertos pertenecientes a la Red de Vigilancia Genómica de Sudáfrica (NGS-SA, por sus siglas en inglés), empezarán una investigación conjunta sobre el coronavirus SARS-CoV-2 y el VIH./Infobae.
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