TEGUCIGALPA, HONDURAS
El último baile de Gerard Piqué en el Spotify Camp Nou terminó con una más que notable versión del Barcelona, el club de su vida, frente al Almería, en un partido en el que el resultado (2-0) quedó eclipsado por el homenaje que el coliseo azulgrana dedicó a una de sus leyendas más carismáticas.
Ni el notable partido de Ferran Torres ni la resistencia almeriense en el primer tiempo. Tampoco Lewandowski, que erró un penalti en el primer tiempo, ni los goles que anotaron en la segunda parte Ousmane Dembélé y Frenkie De Jong. Todas las miradas estuvieron puestas en Piqué, que el jueves anunció por sorpresa su retirada como futbolista profesional.
Las 92.605 almas que llenaron el Camp Nou reconocieron antes, durante y después del partido la trayectoria de uno de los suyos, que se emocionó cuando en el minuto 84 Xavi Hernández decidió sustituirle por Andreas Christensen.
Piqué abandonó el campo abrazado por todos sus compañeros y escuchando de fondo los aplausos de su afición, que se alargaron más de dos minutos. Fue el clímax de una noche de fútbol en la que el Barcelona mostró una buena versión que remató en el segundo tiempo con los goles que no transformó en unos brillantes primeros 45 minutos.
El central de La Bonanova se llevó la primera gran ovación ya desde los primeros segundos de un duelo que el Almería planteó con rotaciones. Francesc Ferrer ‘Rubi’ reservó de inicio a jugadores importantes como Embarba, que terminó tocado ante el Celta, y el central Srdjan Babic, pensando en el próximo partido contra el Getafe, un rival directo.
El técnico catalán apostó por una defensa de cinco, con un bloque bajo, buscando su oportunidad en alguna contra ante un Barça muy fino en la primera parte. Solo le faltó el premio del gol.
Este no llegó porque Lewandowski, en el minuto 6, falló un penalti por mano de Kaiky Fernandes, que fue verificada por el VAR. El delantero azulgrana, que rápidamente recibió el visto bueno del protagonista de la noche para chutar la pena máxima, cruzó demasiado el balón que, antes de salir fuera del campo, rozó con el palo izquierdo.
Mandaba el Barça con el balón, con una presión precisa, y Ferran Torres como monologuista destacado en la banda izquierda. El delantero valenciano fue una pesadilla para Houboulang Mendes, pero le faltó lo que ya va siendo habitual en este inicio de temporada: precisión en los últimos metros.
El internacional español gozó de dos ocasiones claras -una rechazada bajo palos por Kaiky y la segunda resuelta por el guardameta del Almería- y dejó en bandeja el tanto a Dembélé, pero el cabezazo del francés se topó con Fernando.
El guardameta fue el protagonista en las filas andaluzas junto con los tres centrales -Kaiky, Ely y Chumi-, salvadores en las múltiples llegadas quirúrgicas que trazaba el Barcelona con su bisturí ofensivo algo oxidado en los últimos metros.
El único momento de duda para los locales llegó en el minuto 28, cuando el Almería pudo marcar aprovechándose de un error de Frenkie de Jong, que dejó solo a Largie Ramazani ante Marc-André Ter Stegen en el minuto 28. Pero el portero alemán salvó la ocasión con una gran intervención, demostrando que si es el portero menos goleado de LaLiga no es por casualidad.
Ni De Jong, con un disparo franco, ni Pedri, con un testarazo endeble, derribaron el muro almeriense antes del descanso.
Si Ferran Torres deslumbró sin el premio del gol en el primer tiempo, Dembélé, algo discreto en el primer tramo del embate, brilló a los dos minutos de la reanudación. El francés recibió un balón franco de Busquets en la banda derecha, se zafó de la marca de dos defensores y cruzó el balón ajustado para abrir la lata a favor de los locales (1-0, min.48).
Pese a dar entrada a Babic, por Kaiky, y a Diego Mendes, por Leo Baptistao, Rubi no conseguía cambiar el guion del encuentro. El Barça insistía y Dembélé no marcó el segundo porque se le hizo de noche en una ocasión clarísima. El delantero galo hizo lo más difícil -superar al guardameta- y falló lo más asequible: tomar la decisión final. Ni asistió a Lewandowski ni empujó el balón a portería; se quedó a medias.
Fue, finalmente, Frenkie De Jong el que encarriló el encuentro para el Barça. El neerlandés se aprovechó de un rechace de Fernando a remate de Ansu, que entró en el minuto 61 por Ferran Torres, para anotar a bocajarro el segundo (2-0, min.62).
El Almería, consciente de que su Liga no se juega en el Camp Nou, abajó los brazos. El Barça también calmó sus revoluciones a la espera que llegara la ovación final al protagonista de la noche.
El Piqué futbolista se despidió del Camp Nou; el Gerard aficionado se queda, de momento, en la grada. El futuro, quizá, le deparará nuevas aventuras en la zona noble del estadio.
De momento, el equipo de su vida es líder de LaLiga a la espera de saber el resultado del partido que el eterno rival, el Real Madrid, disputará el próximo lunes contra el Rayo Vallecano y deja al Almería en la zona baja de la tabla con trece puntos, a dos del descenso.
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