Roma. Giancarlo Capaldo, fiscal de Roma que llevó una de las investigaciones sobre la desaparición de Emanuela Orlandi, la hija de 15 años de un empleado vaticano que desapareció en 1983, desveló que dos emisarios de la Santa Sede acudieron a él en 2012 para ofrecer ayuda con el fin de encontrar el cuerpo de la joven.
Así lo desveló este domingo en un programa televisivo del canal italiano La7 al explicar que dos emisarios del Vaticano acudieron a él para pedirle que exhumara el cuerpo de Enrico de Pedis, uno de los jefes de la Banda de la Magliana, la mafia de Roma en los años 70 y 80, que estaba enterrado en una cripta de la basílica romana de san Apolinar para evitar el escándalo de que se le hubiera permitido esta tumba a un criminal.
A este punto, Capaldo pidió a los emisarios que ayudasen a encontrar el cuerpo de Emanuela Orlandi y respondieron «que lo pensarían tras escuchar a algunas personas de arriba en la jerarquía», y «la respuesta llegó unas semanas después y fue positiva», explicó el exmagistrado. Al final se interrumpieron los contactos y no hubo ninguna colaboración.
En el programa televisivo, el exfiscal agregó también que desvelaría quiénes son estas personas, si estuvieron presentes otras personas en sus encuentros con los enviados vaticanos y si se grabaron aquellas conversaciones si resultara citado en una sede judicial.
El diario «La Stampa» publica también hoy un artículo del periodista Gianluigi Nuzzi, gran conocedor del caso, en el que desvela que uno de los enviados del Vaticano trabajaba en la Secretaría de Estado y que el otro era un empleado que tenía acceso directo al secretario personal de Benedicto XVI, Georg Ganswein.
El fascículo pasó después a otro de los fiscales de Roma, Giuseppe Pignatone, quien ordenó la exhumación de los restos que había en la tumba de De Pedis tras la petición de la familia Orlandi, pero no se encontró ninguna pista y el caso acabó archivándose en 2015.
Desde hace 37 años la familia Orlandi busca respuestas, sobre todo en el Vaticano, de lo que le ocurrió a Emanuela cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro tras salir de su clase de flauta en la escuela de música de San Apolinar, en Roma.
La desaparición de Emanuela Orlandi, uno de los grandes misterios de Italia, siempre ha estado rodeada de varias teorías, desde la implicación de hombres de la curia vaticana, hasta la Banda de la Magliana o incluso la relación con el atentado contra el papa Juan Pablo II del turco Ali Agca.
En 2012, la familia pidió una investigación cuando se encontraron restos óseos sin identificar al lado de la tumba en la basílica de San Apolinar de Enrico de Pedis.
En 2020 el hallazgo de unos huesos en el sótano de la nunciatura de la Santa Sede en Roma también hizo que se volviese a hablar del caso, pero finalmente se determinó que eran anteriores a 1964.
También la familia recibió una carta anónima en la que se aseguraba que la joven había sido enterrada en el cementerio alemán del Vaticano, pero tras reabrir las tumbas indicadas tampoco se encontraron restos que pudieran corresponder a los de la joven./EFE.
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